Argentina pide que OMC arbitre en sus reclamaciones comerciales a UE y Estados Unidos

Argentina oficializó hoy ante el Órgano de Solución de Disputas (OSD) de la Organización Mundial del Comercio (OMC) sendas peticiones para que este organismo arbitre en sus reclamaciones comerciales contra la Unión Europea (UE) y Estados Unidos.

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Buenos Aires manifestó que las restricciones a los productos cárnicos argentinos para entrar en el mercado estadounidense no son compatibles con los términos del Acuerdo sobre Medidas Sanitarias y Fitosanitarias, y del GATT.

Buenos Aires solicitó la creación de dos paneles de expertos para que decidan en su disputa con Bruselas, en relación con supuestos obstáculos al biodiésel argentino, y en su disputa con Estados Unidos, por las presuntas trabas de Washington a la importación de animales, carne y otros productos animales, así como de limones.

En lo referente al biodiésel, Argentina insistió en que las medidas que afectan a la importación de este producto argentino por parte de los Veintisiete son incompatibles con el Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio (GATT) de 1994 y con el Acuerdo sobre las Medidas en Materia de Inversiones Relacionadas con el Comercio.

Fuentes diplomáticas informaron de que Argentina reiteró en la reunión mensual del OSD que estas medidas tienen un impacto negativo en los productores nacionales de biodiésel.

En el caso de Estados Unidos, Buenos Aires manifestó que las restricciones a los productos cárnicos argentinos para entrar en el mercado estadounidense no son compatibles con los términos del Acuerdo sobre Medidas Sanitarias y Fitosanitarias, y del GATT.

Argentina hizo hincapié en que Estados Unidos lleva 10 años prohibiendo la importación de carnes bovinas frescas (enfriadas o congeladas) provenientes de Argentina sin fundamento científico, teniendo en cuenta la consideración internacional del país sudamericano como zona libre de fiebre aftosa desde el año 2007.

En lo relativo a los limones, los representantes del país argentino señalaron que la falta de una autorización para su exportación al vecino del norte no tiene una justificación científica y constituye, por lo tanto, un obstáculo al comercio.

En ambos casos, Estados Unidos replicó afirmando que las medidas adoptadas son consistentes con el espíritu de libre comercio de la OMC, algo que ahora tendrá que dirimir un panel de expertos, cuya constitución puede ser rechazada más adelante por Bruselas y Washington.

Esto último es precisamente lo que hizo Argentina en esta última reunión del año del OSD, rechazando las peticiones paralelas de la UE, Estados Unidos y Japón de crear paneles de expertos que diriman su reclamación sobre supuestas restricciones argentinas al comercio.

México, que había denunciado a Argentina por la misma cuestión, pidió que se retirara su petición de la agenda.

La UE reiteró sus argumentos ya conocidos, reclamando a Argentina que retire las licencias no automáticas de importación, el requisito a los importadores de hacer una declaración por adelantado de todas las importaciones y la exigencia a los operadores de que se comprometan a exportar a los países de origen de las importaciones de bienes por un valor similar al de las compras realizadas.

Washington pidió lo mismo y subrayó que estas medidas son "faltas de transparencia y discrecionales", teniendo como objetivo restringir las importaciones de manera ilegal.

La argumentación de Japón fue en la misma línea.

Argentina contestó afirmando que las acusaciones son carentes de fundamento, porque sus requisitos a las importaciones cumplen la letra y el espíritu de los acuerdos de la OMC.

Según Buenos Aires, la exigencia de licencias no automáticas no supone una restricción al comercio, ya que las importaciones en Argentina procedentes de la UE, Estados Unidos y Japón se han incrementado de manera constante y sostenida entre 2003 y 2011.

El caso de Argentina, protagonista desde mayo en las reuniones del OSD por sus supuestas trabas al libre comercio con ocho procesos de abiertos, fue mencionado por Australia como un elemento de "preocupación" por lo que considera un "aparente incremento" del proceso de disputas como elemento de represalia comercial.

Australia pidió a los Estados miembros que sean "juiciosos y razonables en su uso del sistema de solución de disputas para garantizar que la integridad del sistema se mantiene".