"Me han informado de que el ministro de Exteriores de Armenia, Ara Aivazian, realizó una visita a Jankendi (Stepanakert en azerbaiyano). ¿Qué haces ahí? Que Armenia no olvide la guerra. Recuerden que el puño de hierro sigue en su sitio", dijo Alíev durante una reunión para repasar los resultados de 2020.
Alíev, cuyo país recuperó gran parte del territorio del Karabaj que perdió durante la primera guerra ante Armenia (1992-94), insistió en que "dichas visitas deben terminar".
"Advertimos que si se dan otra vez esos pasos provocadores, Armenia lo lamentará aún más. ¿Qué quieren demostrar? ¿Nos quieren enfadar de nuevo? Que no olviden lo caro que ya les costó", afirmó.
El presidente aseguró que "todo el mundo reconoce ese territorio como parte inalienable de Azerbaiyán", por lo que "ningún ciudadano extranjero puede entrar en esa zona sin nuestro permiso".
"Ninguna organización internacional, aparte de la Cruz Roja, puede entrar allí. Les advertimos por primera vez a través del Ministerio de Exteriores. Después, la advertencia será hecha de otra forma", añadió.
En respuesta, la portavoz de Exteriores armenia, Anna Nagdalián, recordó que el acuerdo patrocinado por el Kremlin que puso fin a los combates y entró en vigor el 10 de noviembre no limita los contactos entre Ereván y las autoridades karabajíes.
Las afirmaciones de Alíev son "vacías e infundadas", dijo la funcionaria, quien añadió que dicho documento no supuso ningún cambio para el estatus jurídico del Karabaj, cuyas autoridades autoproclamaron en su momento su independencia, aunque ésta nunca fue reconocida por la comunidad internacional, incluido Armenia.
Además, acusó a Bakú de violar dicho acuerdo al proseguir las acciones militares y el apresamiento de soldados armenios en varias localidades del Karabaj.
Los combates en el Karabaj, enclave montañoso en disputa entre armenios y azerbaiyanos desde 1988, estallaron el 27 de septiembre de 2000 y se cobraron durante 44 días de combates la vida de miles de personas entre civiles y militares.
Armenia controlaba el territorio desde su victoria en el conflicto que estalló con la caída de la URSS, tras lo que entró en vigor un frágil alto el fuego roto en numerosas ocasiones, aunque, con la excepción de la guerra de los cuatro días de 2016, nunca a gran escala.
En virtud del acuerdo que puso fin a la guerra, Armenia perdió el 70 % de los territorios que ocupaba desde 1994, lo que ha provocado protestas multitudinarias contra el Gobierno en Ereván.