La mayor economía europea tuvo el año pasado un promedio de 42.6 millones de personas con empleo, un crecimiento del 0.9 por ciento o de 372,000 trabajadores con respecto a 2013.
El dato preliminar, que confirma la tendencia positiva de los últimos años y el octavo máximo histórico consecutivo, fue posible en parte gracias a la llegada de inmigrantes cualificados a Alemania.
"Los inmigrantes suelen llegar motivados y con buena formación", señaló el jefe de la Agencia Federal de Empleo, Frank-Jürgen Weise, al diario "Die Welt". "Quieren trabajar y aquí hay muchos empleos vacantes".
Weise aseguró que la mano de obra extranjera no quita empleo a los alemanes, sino más bien lo contrario, y subrayó que el mercado laboral alemán precisa inmigrantes.
Los datos de la Oficina de Estadísticas muestran que el año pasado aumentó la ocupación en casi todos los sectores económicos y en particular en ámbitos como educación, salud, comercio y restauración. (DPA)