Los interesados llegan desde países vecinos, desde el mundo árabe o desde Estados Unidos. Los aeropuertos más buscados son los de Saarbrücken, ciudad próxima a la frontera con Francia, y Berlín, a la que llegan vuelos de bajo costo. Pero la tendencia tiene otro aliciente: la legislación alemana.
En 2002, el país aprobó una ley con la intención de mejorar la situación de las prostitutas. De hecho, desde entonces el oficio no es catalogado como algo que atente contra las buenas costumbres, y las mujeres tienen derecho a solicitar una jubilación, un seguro médico y una prestación por desempleo.
No obstante, las voces críticas señalan que las nuevas disposiciones no hicieron más que beneficiar a quienes operan los burdeles y a los proxenetas, para quienes resulta más sencillo abrir burdeles de bajo costo en Alemania. La medida, reclaman los críticos, no hizo nada por evitar la trata de blancas y la prostitución forzada.
Lo que seguramente es la legislación más liberal de Europa en materia de prostitución está siendo revisada en estos momentos.
La Unión Cristianodemócrata y los socialdemócratas del SPD, que se encuentran en negociaciones por la formación de una futura coalición de gobierno nacional, quisieran introducir ciertos cambios en las disposiciones.
El debate se vio además espoleado en la opinión pública a través de los llamados emitidos por la famosa feminista Alice Schwarzer, que recientemente publicó un "llamado contra la prostitución" y exige que "de ser necesario, que se condene a los clientes".
El reclamo logró contar con la firma de varios personajes de renombre en Alemania, donde actualmente se estima que operan unos 3,000 burdeles, 400,000 prostitutas y que la clientela asciende a 1.2 millones de hombres por día.
Según cálculos de la policía, más de un 80 por ciento de las mujeres son extranjeras, en particular procedentes de Rumania y Bulgaria, apunta la periodista Rita Knobel-Ulrich. En dichos casos no se plantean problemas de inmigración porque tanto rumanos como búlgaros pertenecen a la Unión Europea.
Knobel-Ulrich no está de acuerdo con prohibir la prostitución o multar a los clientes, tal como se hace en Suecia. "Eso lleva a que la prostitución callejera pase a la clandestinidad, y allí es mucho más difícil de controlar", comentó en relación con la situación en el país escandinavo.
En el marco de las negociaciones por la coalición nacional, los partidos acordaron reformar la legislación de modo que sea obligatorio contar con un permiso especial para los locales que ofrecen este tipo de servicios; se prohíban paquetes de tarifas; cambien los requisitos para obtener un permiso de estadía.
Además, se juzgará a los clientes que se aprovechen de las situación en la que se encuentra una mujer.
Las propuestas aún deben ser pulidas. Pero estos días ya algunas de las principales interesadas ya se hicieron escuchar. Hay quienes se oponen a que se adopten regulaciones más estrictas.
Mientras en Berlín se llevaba adelante uno de los debates, en las calles se veían manifestaciones de prostitutas que rechazaban el llamado de Alice Schwarzer y llevaban pancartas "A FAVOR de la prostitución", diciendo que la situación de las trabajadoras había mejorado considerablemente a través del reconocimiento legal de 2002.
No obstante, en Alemania hasta ahora sólo 44 prostitutas se han inscrito al seguro social.