En el futuro, todo aquel político alemán que quiera dar el paso hacia una empresa privada deberá cumplir con una serie de reglas fijas establecidas por el gobierno de Angela Merkel.
Quien quiera ocupar un puesto fuera de la administración pública en unl intervalo de 18 meses tras su salida de su puesto público deberá pedir permiso por escrito al gobierno alemán.
Si durante el análisis de la solicitud el gobierno alemán ve que existe peligro de conflicto de intereses, podrá denegar el cambio, por regla general durante un intervalo de tiempo de hasta un año. Sin embargo, si existe un "grave perjuicio" de los intereses públicos este tiempo de carencia podría extenderse hasta 18 meses.
El ministro de Interior alemán, Thomas de Maizière, calificó esta decisión de establecer un tiempo de carencia como "suficiente". En su opinión, la cuestión más importante será ver si existe o no conflicto de intereses.
Este borrador de ley, que tendrá que ser aprobado aún en el Parlamento alemán, llega después de que surgiera la polémica el año pasado después de que saliera a la luz que el ex jefe de gabinete de la Cancillería alemana Ronald Pofalla iba a pasar a formar parte de la cúpula directiva de los ferrocarriles Deutsche Bahn a principios de este año.
La decisión de Pofalla, de 54 años, desató fuertes críticas ya que era considerado una persona de estrecha confianza de la canciller Angela Merkel.
La noticia volvió a empujar a la organización de lucha contra la corrupción Transparencia Internacional a reclamar la introducción de tiempos de carencia de tres años para miembros del gobierno o secretarios de Estado, si existe una relación entre la actividad ejercida hasta el momento y la futura, una vez se abandone el puesto. (DPA)