Los requisitos del acuerdo se extienden al intercambio de conocimientos en la fabricación de este material y a la exploración de oportunidades de automatización.
Con el lanzamiento de los eléctricos BMW i3 a finales de 2013, seguido más tarde por el BMW i8, el fabricante bávaro comercializará dos vehículos con un habitáculo de carbono en el mercado por primera vez.
A su vez, el Boeing 787 está compuesto en un 50 por ciento de material de fibra de carbono, por lo que se considera importante el reciclaje de este producto al final de su vida útil.
El Grupo BMW, por otra parte, ha creado una planta de fibra de carbono en Moses Lake (Estados Unidos), en el estado de Washington, junto con el Grupo SGL.
La planta es un eslabón importante en la estrategia de ambas compañías para automatizar la producción de ultraligeros plásticos reforzados con fibra de carbono para su uso en conceptos de vehículos futuros.
Así, las fibras de carbono que se producen en Moses Lake se utilizará exclusivamente para el BMW i3 y el BMW i8.