El incidente obligó al árbitro a suspender a los 85 minutos el encuentro entre el equipo israelí y el Lille francés, que se estaba jugando en la localidad austriaca de Bischofshofen.
Los asaltantes, que eran en su mayoría ciudadanos austríacos de origen turco, agredieron a algunos futbolistas con patadas y puñetazos, aunque nadie resultó herido grave, según la policía. Tampoco hubo detenciones.
"Las personas que visitan Austria tienen derecho a hacerlo con seguridad, independientemente de su origen y religión", dijo hoy el canciller austríaco, Werner Fayman.
El ministro del Exterior, Sebastian Kurz, exigió una completa aclaración de los hechos.
"Se han de pedir cuentas a los autores, pues en Austria hay tolerancia cero respecto a la violencia por motivos religiosos o antisemitas", dijo.
El próximo partido del Maccabi, que juega el sábado en la ciudad austríaca de Wörgl ante el equipo alemán del Paderborn, se celebrará bajo especiales medidas de seguridad. (DPA)