"El coste en términos humanos y de recursos no hace más que aumentar, si dejamos que las situaciones se deterioren", advirtió el Director General de la FAO, José Graziano da Silva.
"Podemos evitar que la gente muera a causa de la hambruna, pero si no ampliamos nuestros esfuerzos para salvaguardar, proteger e invertir en los medios de subsistencia rurales, decenas de millones de personas seguirán padeciendo inseguridad alimentaria severa", agregó.
El informe elaborado por la Unión Europea y USAID/FEWSNET (red de alerta contra la hambruna de Estados Unidos), instituciones regionales de seguridad alimentaria y organismos de la ONU, entre ellos la FAO, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y UNICEF, indica que en 2016 108 millones de personas en el mundo sufrían de inseguridad alimentaria, lo cual representa un drástico aumento en comparación con los 80 millones en 2015.
El fuerte incremento refleja los problemas de la población para producir y acceder a los alimentos debido a los conflictos, los precios a niveles récord en los mercados locales de los países afectados y a eventos meteorológicas extremos como la sequía y las lluvias irregulares causadas por El Niño.
Los conflictos civiles son el factor determinante en nueve de las 10 peores crisis humanitarias, lo que pone de relieve el estrecho vínculo existente entre paz y seguridad alimentaria, según el Informe mundial sobre crisis alimentarias 2017.
Al sumar fuerzas para ofrecer análisis neutrales gracias a las aportaciones de múltiples instituciones, el estudio que se publicará anualmente, permite tomar decisiones de planificación más fundamentadas y que respondan a las crisis alimentarias de manera más oportuna, global y coordinada.
La demanda de ayuda humanitaria y para la creación de resiliencia se intensificará este año, ya que cuatro países corren el riesgo de sufrir hambrunas: Sudán del Sur, Somalia, Yemen y el noreste de Nigeria.
Otros países que requieren asistencia a gran escala debido a la inseguridad alimentaria generalizada son Iraq, Siria, Malawi y Zimbabue. Ante la ausencia de medidas inmediatas y contundentes - no sólo para salvar las vidas de las personas, sino también para evitar que caigan en la hambruna -, la situación de seguridad alimentaria en estos países continuará empeorando en los próximos meses, según el nuevo informe.
"Las cifras reflejan un panorama sumamente preocupante, con más de 100 millones de personas con grave inseguridad alimentaria, con un nivel de sufrimiento que ha sido provocado por los conflictos y el cambio climático. El hambre agrava las crisis, creando una inestabilidad e inseguridad cada vez mayores. Lo que es hoy un problema de seguridad alimentaria se convierte mañana en un problema de seguridad", aseguró Ertharin Cousin, Directora Ejecutiva del Programa Mundial de Alimentos.
"Es una carrera contra el tiempo: el mundo debe actuar ahora para salvar las vidas y el sustento de millones de personas que se encuentran al borde de la inanición", concluyó.