En un punto de acuerdo, publicado en la Gaceta del Senado, el legislador puntualiza que el apagón analógico terminó con las transmisiones de televisión en formato analógico y que fueron sustituidas por transmisiones digitales.
Al respecto, explica que el gobierno federal, a través de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) y la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), entregó televisores digitales a las familias beneficiarias de diversos programas de desarrollo social, con el propósito de garantizar el derecho a la información.
La entrega fue supervisada por el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), que también se encargó de realizar los “apagones” en toda la República, argumenta.
En este contexto, señala la responsabilidad del gobierno no sólo debe abarcar garantizar a los mexicanos el acceso a la información por medio de la televisión; sino también asegurar que los televisores analógicos desechados no provoquen ningún tipo de daño al medio ambiente.
La incorrecta disposición de este tipo de residuos genera un gran peligro, ya que son aparatos que contienen elementos tóxicos como polímeros, metales y vidrio que, con el tiempo, generan contaminación del suelo, del aire y del agua e incluso generar problemas de salud para la población, advirtió el senador.
Por ello, se debe tomar en cuenta que no se trata únicamente de los que se sustituyeron por parte de la SCT, sino los de toda la población: aproximadamente 40 millones de aparatos eléctricos, los cuales, al cumplir con su ciclo de vida útil se convierten en residuos o desechos cuya nomenclatura en español es RAEE (Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos).