"Las investigaciones continúan avanzando de manera importante", dijo el procurador general, Jesús Murillo Karam, en un mensaje ante la prensa, en el que no se admitieron preguntas, para dar detalles sobre las detenciones.
Los jóvenes están con paradero incierto desde el 26 de septiembre, cuando fueron detenidos por policías municipales y presuntamente entregados al grupo criminal Guerreros Unidos, del cual el ex alcalde y su esposa, María de los Ángeles Pineda, eran operadores.
Ambos fueron arrestados a las 02:30 de la madrugada de hoy, hora local, en una vivienda del populoso barrio de Iztapalapa en Ciudad de México, después de más de un mes prófugos.
La captura fue posible a partir de la identificación de propiedades que tenían en distintas partes del país, entre ellas en Monterrey y Ciudad de México, y a un diagrama de familiares, amigos y socios a los que se empezó a vigilar.
Con esto "se empezó a montar discretas vigilancias y (dar) seguimiento a las personas que entraban y salían", dijo el comisionado de seguridad, Monte Alejandro Rubido.
Las autoridades desplegaron a tres grupos formados por 20 policías federales y agentes del ministerio público cada uno para vigilar el mismo número de viviendas en Iztapalapa donde se presumía que podían estar.
Una mujer en particular, Noemí Berumen, ahora también detenida por encubrimiento, fue la que condujo hasta el sitio correcto.
"La casa en que se encontraban daba la impresión de que estaba desocupada", dijo Murillo Karam, y la certeza de que estaban ahí se tuvo debido a que Berumen Rodríguez -cuya relación con Abarca y su esposa no fue especificada- fue vista cuando entraba.
El ex alcalde y su esposa se encuentran rindiendo declaración ante la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada en Ciudad de México. (DPA)