Las cifras no incluyen a 315 marineros que fueron dados por desaparecidos en el Mar de China Meridional después de una semana sin que hayan contactado con las autoridades, informó el Consejo Nacional de Prevención y Respuesta a los Desastres.
El jefe de Defensa Civil, Benito Ramos, indicó el domingo que dieron por desaparecidos a los marineros y que han lanzado una operación de búsqueda de los atuneros, partieron desde el sureste de la isla de Mindanao (sur) unos días antes de la llegada a Filipinas del "Bopha", a pesar de las advertencias de los servicios de meteorología.
Según datos del organismo de desastre, hay 5.4 millones de afectados en 30 provincias y 302,000 personas que han perdido sus casas, aunque sólo 133,000 se encuentran en centros de evacuación.
El tifón, que provocó grandes corrimientos de tierra e inundaciones entre el martes y el jueves de la semana pasada, destruyó más de 25,000 viviendas, muchas de ellas chamizos, y afectó a otras 21,000.
Los daños en infraestructuras y agricultura ascienden a más de 7 millones de pesos (173.8 millones de dólares o 134.7 millones de euros).
El presidente de Filipinas, Benigno Aquino, declaró el sábado el estado de calamidad nacional para agilizar la utilización de los fondos oficiales, la concesión de préstamos a intereses preferenciales y controlar los precios de los alimentos en las zonas perjudicadas, entre otras cosas.
"Pablo", el nombre local de "Bopha", ha resultado ser el peor tifón que ha visitado el país este año y cierra una temporada que empieza por lo general en junio y concluye en noviembre.
El año pasado ocurrió algo parecido con "Washi", que visitó inesperadamente Filipinas la semana anterior a Navidad y causó la muerte de unas 1,200 personas.
La deforestación, la proliferación de las minas ilegales, la falta de infraestructuras y el chabolismo incrementan los efectos devastadores de los tifones y las inundaciones que afectan durante la época del monzón a Filipinas.