Restos hallados en México van a Innsbruck para análisis

Los restos humanos desintegrados hallados en un basurero y un río en el sur de México emprenden hoy un viaje crucial hacia Innsbruck, Austria, donde un equipo de expertos tratará de desentrañar si corresponden a 43 estudiantes desaparecidos.

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Los médicos forenses en Innsbruck son capaces de armar las piezas más pequeñas de un rompecabezas. Su especialidad es el ADN de las mitocondrias. Esas "centrales de energía" de las células contienen mucho más material genético que la propia célula.

La Procuraduría General de México informó la noche del martes que los restos calcinados hallados cerca de la localidad de Cocula, en la zona donde desaparecieron los estudiantes después de ser detenidos por policías municipales y entregados a un grupo criminal el 26 de septiembre, serían enviados hoy la Universidad de Innsbruck para su análisis forense.

Cuando el material está en muy malas condiciones "con el ADN mitocondrial se tiene más posibilidades de llegar a un resultado útil", afirmó el director del instituto de Innsbruck, Richard Scheithauer, al explicar las ventajas de este método.

El análisis del ADN mitocondrial es muy complejo y con riesgo de error. Los resultados con frecuencia tardan meses en estar listos.

Los conocimientos de los especialistas de Innsbruck han sido utilizados antes para muchos casos importantes.

En Innsbruck se identificó a víctimas del tsunami de 2004 en Indonesia y en 2008 los médicos forenses lograron identificar, a partir de huesos minúsculos exhumados de una tumba rusa, a dos de los hijos del zar Nicolás II asesinados en 1917.

Ese mismo año los científicos pudieron poner nombre a víctimas de la dictadura militar de Augusto Pinochet (1973-1990) en Chile, a partir de huesos que habían estado 35 años enterrados en un terreno militar al norte de Santiago de Chile.

Otro caso relevante que resolvieron los expertos de Innsbruck fue el de Günther Messner, hermano del legendario montañista italiano Reinhold Messner, que se accidentó en 1970 en la montaña de Nanga Parbat en el Himalaya.

Su muerte había dejado una duda de sospechas sobre su hermano, acusado de abandonarlo a su suerte durante el ascenso por la cara norte de la montaña, pero con estos análisis se pudo establecer que Günther murió cuando descendía solo por la cara oeste.

El laboratorio forense de análisis de ADN fue creado en 1990. Rápidamente el instituto de Innsbruck se convirtió en una institución de fama mundial.

La decisión de enviar a Austria los restos hallados en México se debe al calcinamiento extremo de las pocas piezas que se encontraron, que de acuerdo a dos detenidos ardieron durante unas 14 horas en una fogata alimentada con gasolina, diesel, leña, plástico y llantas.

Según el procurador general, Jesús Murillo Karam, sólo una rótula y otro resto podrán ser analizados en esta nueva misión difícil para los científicos de Innsbruck, que asumió el reto que otros laboratorios prefirieron declinar.