Papa canoniza al misonero José Vaz, el primer santo de Sri Lanka

El papa Francisco canonizó hoy al misionero José Vaz en reconocimiento a su trabajo en Sri Lanka, que se convierte así en el primer santo en ese país asiático, durante una misa multitudinaria en el parque Galle Face Green de la capital Colombo.

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Papa Francisco.

Cientos de miles de personas respondieron con aplausos después de que Francisco pronunciara la fórmula con la que Vaz es aceptado entre los santos de la Iglesia católica, convirtiéndose en el primero del país de mayoría budista.

Francisco llamó a los cristianos del país a seguir su ejemplo y hacer una gran contribución a la paz, la justicia y reconciliación en la sociedad, tras 26 años de guerra civil.

"San José supo ofrecer la verdad y la belleza del Evangelio en un contexto multirreligioso, con respeto, dediación, perserverancia y humildad", dijo el papa a los más de medio millón de asistentes.

"La libertad religiosa en un derecho humano fundamental", añadió. "Cada individuo debe ser libre, solo o asociado con otros, de buscar la verdad y expresar abiertamente sus convicciones religiosas, libre de intimidación y coacción externa".

Vaz, nacido en 1651 en Goa, pasó la mayor parte de su vida en Sri Lanka, donde pese al dominio colonial de la Holanda calvinista se convirtió en misionero de la Iglesia católica, contribuyendo a su crecimiento el país. Murió en 1711.

Fue un "gran misionero del Evangelio", dijo Francisco.

"Como nosotros, él vivió en un momento de rápidos y profundos cambios: los católicos eran una minoría y con frecuencia estaban divididos entre sí, y había hostilidades ocasionales e incluso persecución desde fuera", dijo el papa argentino de 78 años durante la ceremonia.

José Vaz enfrentó los retos de avanzar contra los obstáculos y de ir a las periferias. Se vistió como un mendigo y ejercía de sacerdote en secreto.

Cientos de miles de personas acudieron al parque Galle Face Green, junto al mar, en la capital de Sri Lanka, para asistir a la canonización. Francisco recorrió el parque su Papamóvil, saludando a pobres y enfermos.

Miles pasaron incluso la noche en el parque, entre ellos Tharanga Maadushani, de 22 años. "Es una ocasión única", cuenta emocionada.

"Nuestra familia vino para poder ver al papa en persona y recibir su bendición", dice Mark Rodrigo, que llegó a Colombo desde el distrito central de Kandy. "Lo planeamos desde el día en que se anunció la visita", cuenta.

"Como buen cristiano había que venir"; señala Edward Kinstley, de 69 años, que ya vivió la misa que dio Pablo VI en 1970 durante su visita al país. La visita de Juan Pablo II en 1994 se la perdió, asegura. Ahora está feliz de poder vivir este "día bendito".

La canonización se produce en al marco de la visita papal a Sri Lanka y Filipinas que comenzó ayer martes, cuando visitó al recién elegido presidente Maithripala Sirisena antes de reunirse con religiosos budistas, hindúes, musulmanes y cristianos en Colombo.

Está prevista otra misa en Madhu, a 320 kilómetros al norte de Colombo, un lugar que se vio muy afectado por la guerra entre los rebeldes tamil y las tropas del gobierno durante la guerra civil.

En Sri Lanka sólo viven 1,2 millones de católicos, en torno a un 7 por ciento de sus 20 millones de habitantes, la mayoría son budistas. También hay minorías hindúes y musulmanas.

El jueves el papa continuará su viaje a Filipinas, donde permanecerá hasta el lunes.

Se trata del séptimo viaje al extranjero del papa y el segundo a Asia desde que inició su pontificado. (DPA)