“Cada presidente está preocupado por el legado que dejará una vez que deje la oficina y a Obama debe preocuparle que sea conocido como el deportador en jefe si no actúa y brinda alivio administrativo”, dijo Christina Chang, de la Coalición de Migración de Nueva York.
El título tendría implicaciones personales para el mandatario, aunque la mayor sería la persistencia del estado de temor e incertidumbre en el cual viven millones de inmigrantes indocumentados como consecuencia de la política de deportaciones de su administración, indicó.
En teleconferencia de prensa donde se dieron a conocer detalles de la jornada nacional de movilización de los próximos días para insistir en la necesidad de que Obama responda a esta parálisis utilizando su autoridad ejecutiva, Chang señaló que el mandatario tiene una deuda a saldar con los inmigrantes.
“Inmigrantes e hispanos votaron para que llegara a la Presidencia, lo apoyamos y él necesita ahora salir y dar la cara y demostrarnos que nuestras esperanzas, nuestra confianza y este enorme trabajo colectivo tendrán una respuesta”, expresó.
Semanas atrás el jefe de la Casa Blanca adelantó su intención de anunciar un paquete de órdenes ejecutivas en el frente migratorio, luego que el liderazgo republicano en la Cámara de Representantes le notificó que no habrá reforma migratoria este año.
Kica Matos, del Movimiento por una Reforma Migratoria Justa (FIRM), mencionó que lo que esperan del mandatario son acciones “amplias y audaces”, para brindar alivio a los más de 11 millones de inmigrantes indocumentados que viven en Estados Unidos.
Recordó que Obama prometió en 2008 la aprobación de una reforma migratoria. “Estamos ya en 2014 y aún seguimos esperando que la cumpla, cuando todavía le quedan dos años más, y creemos que este es el momento para que actúe”, manifestó.
“No creo que le agrade la idea de que parte de su legado será que, siendo el primer presidente de raza negra, registró el mayor número de deportaciones en la historia de Estados Unidos”, preciso.
Matos dijo que con esta jornada de movilizaciones buscan generar mayor presión sobre el gobernante para que brinde este necesario alivio.
Las movilizaciones han incluido asambleas comunitarias en Little Rock, Arkansas, y Brooklyn, Nueva York, así como actos públicos en Los Angeles, Phoenix, Woodburn y Boston.
En días pasados se realizaron una asamblea comunitaria en Fort Lauderdale, Florida, y actos de presentación de las calificaciones migratorias en California, Illinois y Georgia, y una vigilia en Artesia, Nuevo México, donde está ubicado en nuevo centro de detención para inmigrantes indocumentados con niños.
La jornada concluirá el 28 de agosto con una concentración frente a la Casa Blanca, que a decir de Gustavo Andrade, de la organización Casa de Maryland, se espera congregue a unas dos mil personas.
Andrade indicó que la manifestación frente a la residencia presidencial incluirá actos de desobediencia civil por parte de activistas e inmigrantes que se arriesgarán a ser arrestados por la policía, como sucedió semanas atrás.