El jefe de la unidad de cuidados intensivos traumatológicos del hospital de Innsbruck, Wolfgang Koller, explicó en una rueda de prensa que el cerebro del príncipe ha sufrido "graves daños" por culpa del accidente.
El especialista austríaco precisó que Friso sufrió un paro cardíaco de 50 minutos, un período durante el que fue reanimado por los equipos de rescate.
Un período de reanimación de 50 minutos es "muy, muy largo, uno podría incluso decir demasiado largo", aseveró Koller.
El médico explicó que no fue hasta ayer, jueves, que se pudo hacer una tomografía de resonancia magnética sin poner en peligro la vida del paciente.
El diagnóstico presentado hoy se basa en esa tomografía y en otras pruebas neurológicas, agregó Koller.
Incluso en caso de recuperar la consciencia, una rehabilitación del príncipe "duraría meses si no años", dijo el médico y agregó que la familia del príncipe deberá buscar una institución adecuada de rehabilitación.
Friso estuvo hasta 20 minutos sepultado bajo las masas de nieve sin suministro de oxígeno, lo que ha causado los daños cerebrales.
El accidente se produjo cuando Juan Friso y un acompañante esquiaban fuera de las pistas de la estación de la localidad austríaca de Lech, en una zona donde se había decretado un alto riesgo de avalanchas.
El acompañante, un empresario hotelero austríaco, amigo de toda la vida del príncipe, pudo salvarse de las masas de nieve al activar un "airbag" especial para aludes, y llamar a los equipos de socorro, que reaccionaron rápidamente.
Parte de la familia real holandesa, incluidas la reina Beatriz y la esposa del príncipe, Mabel Wisse Smit, se han trasladado a Innsbruck para acompañarle en el hospital.
Desde hace más de 40 años, la reina Beatriz y su familia pasan sus vacaciones de invierno en Lech, una de las estaciones de esquí más exclusivas de Austria.
Las autoridades austríacas han abierto una investigación de rutina, y han interrogado al acompañante, para esclarecer las causas del accidente.