Al participar en el seminario Violencia y paz: diagnósticos y propuestas para México, en el marco del Foro con Líderes Sociales por una Cultura de Paz, el presidente del Instituto Belisario Domínguez destacó que México es un país de grandes desigualdades y que además vive tiempos muy complicados.
“Una desigualdad no solamente económica que es, nos lleva a una pobreza cada vez más creciente, sino desigualdades en accesos a la justicia, desigualdades en accesos a los servicios que son necesarios para un mediano bienestar y por tanto esta desigualdad genera un desorden y un desacomodo entre los integrantes de nuestra sociedad, de nuestro pueblo”, dijo.
En ese sentido, el coordinador de los senadores del PRD aplaudió el esfuerzo del Instituto Belisario Domínguez, del Colegio de México y del propio Senado de la República para escuchar las diversas realidades que llevarán a la construcción de esa nueva consciencia.
“No nos acostumbremos a la violencia, no seamos anuentes a aceptar que México debe de ser o será para siempre un país violento; debemos de crear una cultura de la paz, una cultura de la paz que es una cultura de respeto a los derechos humanos”, exhortó.
Barbosa Huerta aseguró que no se dejarán de hacer esfuerzos desde los órganos del Estado para mejor proveer a la vida del país, “no dejaremos de hablar con crítica y autocrítica para poder tener una mejor relación entre el ejercicio del poder y la sociedad”.
Por su parte, el presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, Luis Raúl González Pérez, reconoció que si bien desde hace varios años los derechos humanos se han fijado como sustento de la actividad institucional, la sociedad mexicana vive de manera cotidiana con la violencia, la inseguridad, la impunidad y la desigualdad.
En ese sentido, consideró que la respuesta a estos problemas de ir más allá de las acciones reactivas, ya que se corre el riesgo de caer en acciones autoritarias o alejadas de lo previsto en las normas.
“Hay que entender y remediar los factores que generan y propician la violencia adoptando un enfoque preventivo que disminuya o evite las ocasiones en que la misma se presente; como sociedad no podemos acostumbrarnos o resignarnos ante la violencia”, apuntó.