La CIDH lamentó la muerte de José Antonio Elena Rodríguez, de 16 años, el pasado 10 de octubre, cerca de la frontera entre México y Estados Unidos y mostró su preocupación por que éste es el tercer caso de este tipo en los últimos cuatro meses.
La Comisión considera de suma gravedad la información sobre "muertes de inmigrantes que al intentar pasar la frontera son neutralizados por agentes de inmigración a través del uso excesivo y desproporcionado de la fuerza".
El comisionado Felipe González, relator de la CIDH sobre Derechos de los Migrantes, señaló que "independientemente de cuál sea su situación migratoria, los migrantes, como cualquier otra persona, son sujetos de derechos humanos, y los Estados están obligados a respetar y garantizar sus derechos".
En este sentido, los Estados tienen "la obligación de garantizar que sus autoridades respeten los derechos a la vida y la integridad física y psicológica de todas las personas", agregó en un comunicado.
La Patrulla Fronteriza ha señalado en todos los casos que sus agentes actuaron en defensa propia para repeler ataques con piedras.
La Comisión urgió a las autoridades estadounidenses a investigar los hechos y, en particular, aclarar si la muerte del adolescente, que según la información de la que dispone iba desarmado, fue un caso de "uso excesivo de la fuerza".