El viceprimer ministro irlandés y titular de Exteriores, Eamon Gilmore, lamentó la "manera en que este documento ha sido manejado y filtrado" y aseguró que tratará este asunto con su embajador en Berlín para que "no vuelva a ocurrir".
El informe incluye observaciones efectuadas por los representantes de la Unión Europea (UE) y del Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre el cumplimiento de Irlanda con las condiciones de su rescate económico, cuantificado en 85.000 millones de euros.
La troika se queja de que el plan de privatizaciones de Dublín, con el que espera recaudar 3.000 millones de euros en 2013, no es "suficientemente ambicioso", al tiempo que considera que deberá presentar unos nuevos presupuestos generales para este año que reflejen las actuales perspectivas de crecimiento.
El Gobierno irlandés presentó el pasado diciembre unos durísimos presupuestos generales encaminados a ahorrar durante este año 3.800 millones de euros y reducir su déficit público hasta el 8,6 % del Producto Interior Bruto (PIB).
Aunque la troika ha certificado hasta la fecha los progresos efectuados por el Ejecutivo para cumplir con las condiciones fijadas en su programa de ayuda en 2010, el documento filtrado parece indicar que la situación está cambiando.
En un comunicado emitido hoy por la Oficina de la CE en la capital irlandesa, el Ejecutivo comunitario dice estar "profundamente preocupado por la aparente filtración".
"La plantilla de la Comisión -indica la nota- se esfuerza para asegurarse de que prepara los informes con la mayor precisión y preservar la confidencialidad antes de publicarlos. La Comisión desea subrayar una vez más el buen historial de ejecución del programa establecido para Irlanda hasta el momento."
El pasado noviembre, el Gobierno irlandés presentó ya una queja ante la CE por la filtración al Bundestag de un documento confidencial que detallaba los planes de Dublín en los presupuestos generales del Estado para 2012.
La noticia provocó una tormenta política en este país, susceptible por lo que percibe como una pérdida de soberanía tras verse obligado a aceptar el rescate económico de la UE y el FMI.
Como entonces, los partidos de la oposición se han vuelto a poner hoy en pie de guerra al considerar que una autoridad extranjera ha tenido acceso antes que ellos a contenidos tan importantes para Irlanda.