Un grupo de jóvenes, en su mayoría encapuchados, arrebató vallas y lanzó cohetones, proyectiles y objetos incendiarios contra fuerzas de seguridad que resguardaban el Palacio Nacional, al grito de "asesinos, asesinos".
La policía, protegida con cascos y escudos, arrojó gases lacrimógenos y avanzó hacia los jóvenes, hasta que finalmente logró sacarlos de la céntrica Plaza del Zócalo después de unos 50 minutos. No se informó en lo inmediato sobre detenidos o el número de lesionados.
La marcha en sí se desarrolló de manera pacífica, aunque unas horas antes algunos encapuchados se habían enfrentado también con policías cerca del aeropuerto, con el resultado de 15 detenidos y dos policías lesionados.
Previo a las protestas, el presidente Enrique Peña Nieto hizo un llamamiento a evitar actos de violencia.
"Los mexicanos decimos no a la violencia", dijo Peña Nieto en la conmemoración del aniversario del inicio de la Revolución Mexicana del 20 de noviembre de 1910, durante un acto de entrega de ascensos y condecoraciones militares en el Campo Marte.
"Atentar contra las instituciones es atentar contra los mexicanos", añadió Peña Nieto, y afirmó que en un estado democrático "es inaceptable la violencia, cualquiera que sea su origen".
Con tambores, pancartas y al grito de ¡justicia!, decenas de miles de personas habían caminado en una ambiente tranquilo por las calles de la ciudad hacia el Zócalo, acompañando a los padres.
Las manifestaciones partieron desde tres puntos emblemáticos: el Monumento a la Revolución, el Ángel de la Independencia y Tlatelolco, donde ocurrió la matanza estudiantil de 1968.
Había jóvenes y personas mayores, campesinos y hipsters, con carteles que decían "Vivos se los llevaron, vivos los queremos", portando cruces y fotografías.
En el Ángel, un grupo tocaba tambores y alargaba los puños en guantes rojos hacia el cielo, mientras otros exclamaban "Justicia, justicia". En las pancartas se podía leer "Ayotzinapa - no fueron narcos, fue el Estado" y "No son 43 - son miles".
"Hoy marcho porque estoy hasta la madre (harto) de la ignorancia de los autoridades y la arrogancia de las elites. Desaparecieron 43 compañeros y el Estado no hace nada", dijo a dpa el estudiante Pedro Molina.
Antes, cerca del aeropuerto capitalino hubo una protesta violenta en la que participaron personas encapuchadas. También hubo incidentes en San Cristóbal de las Casas, en el sureño estado de Chiapas, con daños a negocios.
En esa protesta unos 200 jóvenes arremetieron con cócteles molotov y petardos contra la policía, después de que agentes antimotines con cascos y escudos montaran un cerco que les impidió avanzar hacia la terminal aérea.
Los 43 estudiantes de la escuela normal rural para maestros "Raúl Isidro Burgos" del estado de Guerrero desaparecieron el 26 de septiembre.
Ese día fueron detenidos por policías municipales en Iguala, 200 kilómetros al sur de la capital, y según las investigaciones fueron entregados al grupo criminal Guerreros Unidos, que se presume los asesinó y calcinó. Los pocos restos hallados están siendo analizados en Austria.
Las movilizaciones son la culminación de una Brigada Nacional de padres y estudiantes que recorrió en la última semana distintas ciudades y localidades del norte y sur del país, para hacer oír su reclamo de justicia y sumar apoyos.
Además hubo movilizaciones en otras partes del país, entre ellos en los estados de Guerrero, Morelos, Puebla, Guanajuato y Tamaulipas.
En San Cristóbal de las Casas, un centenar de manifestantes vandalizó un centro comercial y un minimercado, así como el área del cajero automático de un banco. También pintaron consignas en las paredes del ayuntamiento.
En el centro histórico de la capital algunos comercios resguardaron sus fachadas con cercos metálicos o placas de madera. (DPA)