"Para llegar a buen puerto este comité debe en primer lugar debatir sobre la reforma de los programas de seguridad social que no solo están fallando a sus beneficiarios sino que están directamente en quiebra", dijo Jeb Hensarling, republicano de Texas y copresidente del comité.
Pese al discurso de buenas intenciones que ha caracterizado la preparación y el anuncio de las designaciones de sus miembros, en su primer día de debate se volvió a percibir la oposición frontal entre demócratas y republicanos en torno a dónde y cuánto recortar.
El representante demócrata por Maryland Chris Van Hollen reiteró la necesidad de incluir también en el acuerdo nuevas fuentes de ingresos y cargó contra la idea republicana de reducir el déficit exclusivamente a costa del gasto público y la rebaja impositiva.
"Todos debemos reconocer que los enormes recortes de impuestos, mientras estábamos implicados en dos guerras, ayudaron a crear el embrollo fiscal en el que nos encontramos en la actualidad", aseguró Van Hollen.
"Si este grupo no tiene éxito no será por falta de ideas, sino por falta de voluntad política", advirtió Van Hollen.
Durante el encuentro de hoy, los doce congresistas acordaron que las reuniones fuesen públicas, aunque precisaron que podrían celebrar alguna a puerta cerrada si todos los miembros se muestran a favor.
La próxima cita se celebrará el martes 19 y contará con la participación de Doug Elmendorf, director de la Oficina de Presupuestos del Congreso.
Por su parte, Patty Murray, demócrata por el estado de Washington y que copreside el panel junto con Hensarling, reiteró la apelación al consenso.
"Un exitoso resultado final será aquél que no haya sido redactado exclusivamente por uno de nosotros. Deberá incluir compromisos por ambos lados", aseveró.
El "súper comité", compuesto por seis demócratas y seis republicanos, deberá aprobar antes del 23 de noviembre una propuesta de reducción del gasto público de entre 1.2 y 1.5 billones de dólares en la próxima década.
De no aprobar un plan en esa fecha se activaría un mecanismo automático que aplicaría recortes tanto en defensa como en programas sociales, puntos claves para ambos bandos, a partir de enero de 2012.
La designación de este panel es fruto del acuerdo logrado en el último minuto el pasado 2 de agosto entre el Congreso y la Casa Blanca que permitió elevar el tope de endeudamiento de Estados Unidos, y evitó la suspensión parcial de pagos del Gobierno federal.