En una intervención en la cumbre de Davos, organizada por el Foro Económico Mundial (WEF, en sus siglas en inglés), el monarca aseguró que Al Qaeda "lleva establecida en Siria desde hace un año" y está recibiendo "materiales, armas y financiación de determinados sectores".
La presión occidental de los últimos años en Afganistán, Pakistán e Irak y el estallido del conflicto en Siria, con crecientes tintes sectarios entre los diversos grupos étnicos, han trasladado a este país el centro de operaciones del yihadismo radical, según Abdalá de Jordania.
"El nuevo talibán al que vamos a tener que hacer frente está en Siria y hay que prevenir que estos radicales conquisten las áreas controladas por la oposición", declaró el rey, quien destacó la importancia de que la ayuda internacional llegue a esas zonas.
A juicio de Abdalá II, el mal ya está hecho e, "incluso si mañana mismo tenemos el mejor de los gobiernos posibles en Damasco, pasarán dos o tres años hasta recuperar la estabilidad".
"En ese periodo tendríamos que asegurar nuestras fronteras para evitar que se infiltren elementos radicales, hasta que podamos tener la seguridad de que el yihadismo ha sido eliminado", explicó.
El rey hachemí rechazó la posibilidad de que el conflicto tenga una rápida solución por la vía armada -"quien dice que a (el presidente sirio, Bachar) Al Asad le quedan semanas, no conoce la realidad sobre el terreno"- y subrayó que buena parte del apoyo que tiene el Gobierno se basa en "el miedo a la otra opción".
"Si eres druso o cristiano y ves cómo entran los yihadistas en el país, es normal que prefieras la opción de Al Asad.
A eso hay que sumar que el régimen ha basado su liderazgo en la minoría alauí, que le da mucha fuerza y mantiene la unidad", argumentó.
Sobre los grupos de oposición, Abdalá II señaló que tienen que demostrar que "creen en la participación de todos los miembros de la sociedad en una eventual transición, incluidos los alauís".
Además, pidió que no se repita el error cometido en Irak, donde se desmanteló el ejército tras la invasión estadounidense de 2003, porque las fuerzas armadas "son la garantía de la unidad del país".