Según la querella, los acusados son responsables de la muerte de 8 personas por efecto directo del vertido, la contaminación medioambiental y el daño causado a cientos de inmuebles, según informó a Efe la portavoz de la Fiscalía de Veszprém.
Los acusados se enfrentan a penas de hasta diez años de prisión.
En octubre de 2010, la ruptura de una balsa de acumulación de lodos en esta urbe al suroeste de Budapest provocó el derrame de un millón de metros cúbicos de barros venenosos que arrasó dos pueblos, contaminó ríos y casi afectó al Danubio.
Decenas de vecinos de las dos localidades afectadas por el vertido, Kolontár y Devecser iniciaron juicios para reclamar a la empresa 1,7 millones de euros en indemnizaciones, procesos que aún no han concluido.
Después de la catástrofe, organizaciones civiles y ecologistas criticaron a las autoridades por la lentitud en la toma de decisiones y por la falta de controles de seguridad sobre el estado de este tipo de instalaciones industriales.
La empresa MAL, que da trabajo directo a más de 1.000 personas en la región fue puesta bajo control estatal después del desastre.