En un encuentro con empresarios celebrado en la residencia de Los Pinos, Calderón dijo que instruyó a que su equipo busque una reunión con los organizadores de la marcha que movilizó a decenas de miles de mexicanos para rechazar la ola de violencia que ha cobrado unas 40,000 vidas desde diciembre de 2006.
El objetivo es "dialogar, escucharnos y entendernos. (...) Explicar nuestras razones" y escuchar las propuestas que se plantean, señaló el gobernante, quien destacó su interés en que se conozcan las acciones que ha puesto en marcha para combatir la inseguridad.
Enfatizó que también él quiere un país en paz y sin violencia, "liberado del azote y la opresión de la criminalidad", e insistió en que esta lucha por tener un México seguro, libre y justo "debe ser tarea de todos los mexicanos".
Las manifestaciones de ayer simbolizan "un ánimo legítimo y justo de la ciudadanía" para frenar la inseguridad que vive el país, manifestó Calderón, quien agregó que trabaja con "ahínco, precisamente, para liberar a la sociedad de la opresión de los criminales".
Sicilia, cuyo hijo fue asesinado en marzo pasado, amenazó ayer con boicotear las elecciones si los partidos no sacan de sus filas a quienes "están coludidos con el crimen y tienen al Estado maniatado".
Además pidió la renuncia del secretario (ministro) de Seguridad Pública, Genaro García Luna, al mando de la Policía Federal, que junto con el Ejército es la punta de lanza en la lucha contra el crimen organizado que Calderón puso en marcha en diciembre de 2006.
Con dicho discurso, pronunciado en el Zócalo capitalino, Sicilia culminó cuatro días de marcha a pie desde la vecina ciudad de Cuernavaca, a unos 80 kilómetros de la capital mexicana, para protestar por la descomposición del país y pedir un pacto nacional que lleve a la reconstrucción de México.
La importancia que tiene para la sociedad el problema de la inseguridad "quedó de manifiesto" con las expresiones de ayer, admitió Calderón, quien dijo creer firmemente en el "poder de la ciudadanía".
"México necesita una sociedad unida ante el clamor de paz, ante el odio y la falta de sentido humano de la delincuencia", apuntó el jefe de Estado, criticado por activistas y organismos defensores de los derechos humanos por sacar a las calles a los militares para combatir el crimen organizado.
Propuso a la sociedad concentrar sus energías en promover los cambios que requiere el país para hacer frente a la inseguridad, entre ellos depurar y profesionalizar las policías estatales, avanzar en la reforma judicial y fortalecer el tejido social.