"Si las necesidades de Portugal aumentan en el futuro, eso será ciertamente un desafío a la solidaridad europea. Pero si ése fuese el caso, Austria seguramente no se apartará", manifestó Fischer, que se entrevistó hoy con su homólogo luso, Aníbal Cavaco Silva, durante una visita oficial a Portugal.
El jefe de Estado austríaco recordó que su país confía totalmente en que Portugal dé "todos los pasos" para superar la "difícil situación" en la que vive y explicó por qué la aprobación de la ayuda financiera al país luso no generó la misma polémica que en el caso griego.
"Tuvimos desde el comienzo la convicción de que los números eran correctos y de que Portugal iba a superar la situación", apuntó.
Cavaco Silva aseveró que su país está cumpliendo "enteramente" a lo que se comprometió con la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) -que prestan al país 78.000 millones de euros- e insistió en la necesidad de que se implementen políticas europeas que promuevan el crecimiento económico y el empleo.
Portugal, que ha puesto en marcha un duro plan de ajuste que impone cortes en la inversión pública e implica una notable subida de impuestos, prevé regresar a financiarse en los mercados a partir de 2014, cuando finalice el plan de asistencia de la UE y el FMI.
La penalización de las obligaciones portuguesas a diez años cerraron hoy en el 12,26 % de interés en el mercado secundario, una cota considerada por los especialistas aún muy elevada.