Según los detalles facilitados por el Gobierno, una de las dos nuevas víctimas era un enfermo del hospital de Kagadi, en el distrito de Kibale, en el oeste de Uganda, mientras que el otro fallecido había ingresado recientemente en ese mismo centro médico y se le mantenía aislado.
"El Ministerio de Sanidad quiere informar al público de dos nuevas muertes que se documentaron ayer en el hospital público de Kagadi, en el distrito de Kibaale", informa el comunicado.
"La primera víctima era una mujer que dio positivo cuando se le hicieron las pruebas de ébola, mientras que la otra era un nuevo paciente que había sido aislado", detalla.
Sin embargo, en este último comunicado, el Gobierno no informa de las cuatro muertes de las que informó el diario gubernamental ugandés New Vision y que según el rotativo se produjeron en una misma familia en los dos últimos días.
El Ministerio de Sanidad informó asimismo de que sigue y controla hasta a 176 personas que han estado en contacto con los enfermos y los fallecidos.
Por otra parte, los enfermos que se encuentran aislados en una unidad del hospital de Kagadi iniciaron este miércoles una violenta protesta y aseguraron no haber recibido alimentos en varios días, tras lo que amenazaron con volver a sus hogares.
"Preferimos volver a casa antes que morir de hambre en un hospital", dijo uno de los enfermos a la prensa.
Miembros de la Policía ugandesa acudieron al hospital a pedir calma a los enfermos junto al comisario del distrito, quienes conversaron con ellos vestidos con trajes protectores.
"El ministerio puede asegurar al público que la epidemia está siendo controlada. El público debe seguir estando alerta pero sin crear miedo o pánico innecesario", aseguró el Gobierno ugandés.
Por su parte, Kenia, país vecino a Uganda, declaró el pasado lunes una alerta roja en las provincias colindantes con territorio ugandés e instó a las autoridades de esas regiones a informar inmediatamente de cualquier caso sospechoso.
La organización de ayuda humanitaria Médicos Sin Fronteras (MSF) ha desplegado en el oeste de Uganda un equipo especializado en situaciones de emergencia para tratar de contener el ébola, que según las últimas cifras afecta a unas 20 personas.
Desde principios de este siglo, el actual es el cuarto brote de la enfermedad confirmado en Uganda, de los que el más grave fue en 2000, cuando murieron 170 personas, incluido el director del hospital de Lachor, el doctor Mathew Lukwiya, que contrajo la enfermedad por contagio de sus pacientes.
En 2007, en otro brote en el distrito occidental de Bundibugyo, al menos 37 personas murieron de 149 supuestos infectados.
El ébola es una fiebre hemorrágica que se trasmite por contacto directo con el infectado y puede transmitirse a través de la sangre, fluidos corporales o simplemente al usar ropa de una persona contagiada.