Señaló que de julio a agosto de 2012 ha habido una mejoría, pues el porcentaje del país con estragos causados por la sequía disminuyó de 55.9 por ciento a 38.6 por ciento. Así, desde la zona noroeste hasta los límites de Chihuahua, Sinaloa y Durango, ha disminuido progresivamente la intensidad del fenómeno, que persiste en los niveles de sequía moderada y anormalmente seco.
“A pesar de que tenemos una lluvia ligeramente por arriba del promedio, no suple completamente las secuelas y los daños de la sequía, por ello, tenemos que mantener la guardia en cuanto al combate a ese fenómeno”, puntualizó.
José Luis Luege detalló que el incremento de las lluvias no es general, pues mientras en el centro se han registrado importantes precipitaciones, en el Estado de México y en el Distrito federal, la lluvia acumulada es 16 por ciento y 45 por ciento menor al promedio del período 1951-2011. En contraste, el pronóstico indica que en esa región, de septiembre a noviembre, se esperan lluvias cercanas al promedio.
Ese panorama plantea desafíos importantes en la gestión del agua en México y obliga a fortalecer la estrategia federal del manejo y uso sustentable del agua.
Ante esos retos, la Conagua ha establecido estrictas medidas y un puntual manejo de presas para reducir el riesgo de desbordamientos y garantizar el abasto de agua para los sectores de usuarios.
Hizo énfasis en que en México no hay un problema de seguridad alimentaria, debido a que los principales centros agrícolas del país operan con normalidad. Señaló que para mantener el éxito de la estrategia de manejo eficaz y eficiente del agua, es fundamental la acción de los gobiernos estatales, como corresponsables de la sustentabilidad hídrica en sus entidades, así como los municipales.
Finalmente, subrayó que en las regiones donde persiste la sequía, la Conagua, en coordinación con las autoridades locales, atiende las necesidades de abastecimiento de agua potable y mejora la eficiencia en el riego del sector agrícola.
