El entierro clandestino fue ubicado por integrantes de la Policía Federal y el Ejército mexicano en el paraje del rancho Tres Coronas, del municipio de Tingüindín, informó el diario "La Voz de Michoacán".
El año pasado las autoridades rescataron unos 67 cuerpos de una fosa clandestina ubicada en una zona limítrofe entre los estados de Jalisco y Michoacán.
La mayoría de las víctimas en este caso se cree que son víctimas de grupos del crimen organizado que operan en la región, azotada en los últimos años por altos índices de violencia e inseguridad.
En Michoacán este año el gobierno del presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, desplegó un operativo especial de seguridad, en el marco del cual ha desplegado en el último mes unos 9.300 militares y policías federales, y designó un comisionado especial que tiene como misión la pacificación y desarrollo de esta región.
Además de grupos del crimen organizado como los Caballeros Templarios, la Familia Michoacana y el Cártel de Jalisco Nueva Generación, en el último año se crearon en Michoacán varios grupos de autodefensa que buscan hacer justicia por su cuenta ante los actos violentos que cometen grupos del crimen organizado.
Algunas de estas autodefensas firmaron hace una semana un acuerdo con el gobierno mexicano para legalizarse e incorporarse a los Cuerpos de Defensa Rurales, así como a la Policía Municipal, esta última siempre y cuando cumplan con los requisitos de la ley.