Bajo el mandato de Vallejo, a los problemas del crimen organizado se sumó el surgimiento de grupos ciudadanos armados de autodefensa en Michoacán, en un hecho que fue atribuido en parte a un vacío de poder en el estado.
Vallejo dijo que se reunió con el presidente, Enrique Peña Nieto, para informarle de su decisión de retirarse del gobierno. El año pasado el gobernador recibió un transplante de hígado y estuvo seis meses ausente por sus problemas de salud.
La Presidencia mexicana informó que Vallejo reportó que su salud "requerirá de un tratamiento permanente y continuado, y que por lo mismo no quería obstaculizar el desarrollo de Michoacán y de los michoacanos".
"Ante esta decisión, el presidente de la República le deseó la mejor de las suertes para que el tratamiento médico culmine con éxito", agregó el gobierno federal en un comunicado.
Miembro del Partido Revolucionario Institucional (PRI), al que pertenece Peña Nieto, Vallejo estuvo al frente del gobierno michoacano desde febrero de 2012.
Durante su licencia médica fue sustituido por Jesús Reyna, que era su secretario de Gobierno y que ahora está detenido por supuesta complicidad con el cártel de Los Caballeros Templarios.
También los hijos de Vallejo han sido acusados por los grupos de autodefensa de tener vínculos con grupos criminales, aunque no hay cargos formales en su contra.
Peña Nieto designó en enero un comisionado federal para recuperar el control, en coordinación con el gobierno regional.
Con la salida de Vallejo, el Congreso de Michoacán tendrá que elegir un gobernador sustituto. (DPA)