Trichet hizo su declaración en una entrevista con la radio francesa Europe 1, y tuvo de inmediato resonancia en Alemania, donde se encuentra la sede del BCE.
El BCE no proporcionará hasta la próxima semana ningún detalle sobre el volumen y tipo de compra de bonos de los países de bajo riesgo. Trichet se resistió a comentar el volumen y las modalidades de ayudas indirectas anunciadas el pasado domingo.
“Estamos activos en mercados secundarios”, dijo el titular del BCE y añadió: “no voy a decir qué es lo que estamos comprando”.
Horas antes de lo que ya se preanunciaba como un “lunes negro”, Trichet anunció el domingo anterior que a partir de esta semana el BCE empezaría a comprar bonos soberanos de los dos grandes países europeos en apuros.
La medida debería lograr que el refinanciamiento de las deudas de esos países vuelva a ser más ventajoso, tras una semana en la cual las primas de riesgo de ambos países no pararon de marcar récords negativos.
La compra de deuda de Italia y España no fue una decisión ajena a las polémicas: Jens Wiedmann, actual presidente del Bundesbank y también en el consejo del BCE, estuvo entre los principales críticos de esta iniciativa.
Wiedmann alertó con anterioridad que la medida podría tener a largo plazos efectos negativos para la estabilidad de los precios en la zona euro.
La intervención del BCE produjo en seguida el lunes los efectos esperados: el interés de los bonos italianos pasó el lunes del 1.0 por ciento al 5.1 por ciento.
Asimismo, por primera vez en nueve meses, el interés de los bonos españoles a 10 años se ubicó en 5.0 por ciento, con lo que se alejó de la zona considerada de máximo riesgo, que tocó la semana pasada, cuando llegó a 6.44 por ciento.
Trichet recordó que se trata de una medida temporal que no elimina los problemas de base de estos dos países. “Lo que nos esperamos ahora es que los países hagan lo que consideramos que es su trabajo”, dijo.
“En los días pasados hemos pedido al gobierno italiano tomar ciertas decisiones, que fueron tomadas, y acelerar la vuelta a una situación normal de balance. Pedimos las mismas cosas al gobierno español”, aseguró Trichet.
El presidente del BCE dijo que la decisión “poco convencional” de comprar deuda pública en mercados debería volver a infundir confianza en este sistema financiero.
Se trata, según Trichet, de la peor crisis desde la segunda guerra mundial, “y podría haber sido la peor crisis desde la primera guerra mundial, si esta decisión no hubiese sido tomada”, aseguró.