La protesta fue convocada por la Asociación de Pilotos de Línea Aéreas (Apla) y la Asociación Argentina de Aeronavegantes (tripulantes de cabina), cuyos afiliados realizaron en la mañana de hoy asambleas en el aeropuerto de vuelos domésticos y regionales de Buenos Aires y en el aeropuerto internacional de Ezeiza, a las fueras de la capital y el principal de Argentina.
Debido a estas asambleas en ambos aeropuertos cerca de cuarenta vuelos que debían partir fueron cancelados o sufrieron demoras en un día de intensa actividad a las puertas de un fin de semana largo por los festivos del lunes y el martes próximo.
"Primero se reprogramaron una hora, dos horas... hasta que finalmente se cancelaron gran cantidad de vuelos, y comenzó todo el caos", cuenta a Efe Linda, una joven argentina que debía viajar esta mañana desde el Aeroparque Jorge Newbery de Buenos Aires -destinado a vuelos locales- a su provincia, Jujuy, al norte del país.
Según explica, desde Aerolíneas Argentinas primero le dieron la opción de reprogramar el viaje para el domingo, aunque finalmente aceptó un billete para el sábado por la noche pero a una provincia cercana a la suya, por lo que espera que se hagan cargo de su estancia en la capital hasta ese momento.
"Es muchísimo, porque vengo de mis vacaciones, voy para mi provincia y luego el martes vuelvo a viajar al sur del país para trabajar. Quería aprovechar este momento y cuatro días para estar en familia", lamenta.
Por su parte, Rosana se encontró con la sorpresa tras llegar a Ezeiza procedente de Roma, donde estuvo de vacaciones. Para retornar a su casa, en Córdoba (centro), tenía previsto tomar un vuelo en Aeroparque, haciendo una breve espera de dos horas y media.
Tras asumir el problema, acabó aceptando un vuelo que sale mañana temprano.
"Lo que venimos a preguntar es si nos van a dar un hotel (para esperar en Buenos Aires), dijeron que sí y que iban a cubrir los gastos, así que esperamos que eso sea", argumenta.
Solo en el caso de la estatal Aerolíneas Argentinas, la medida afectaba a treinta vuelos y unos 5,000 pasajeros, según precisó la empresa en un comunicado.
Esta situación también ha afectado a turistas llegados del exterior, como Héctor, pensionista costarricense, quien junto a otro grupo de compatriotas salía hoy para la norteña provincia de Misiones, concretamente para las Cataratas de Iguazú.
"Tiene que ser hoy porque el lunes regresamos a Costa Rica. Si no es hoy, ya (nos vamos) de regreso otra vez al hotel y a ver qué ruta hacemos..." afirma, al tiempo que reconoce que "las protestas son por algo, por el bien del país".
El sindicato de pilotos dijo en un comunicado que las asambleas fueron convocadas por la "crisis" del mercado aerocomercial local que "se agrava día a día".
"Hoy todas las compañías nacionales (estatales o privadas) tienen sus balances en rojo. Hoy los pilotos que perdemos nuestra fuente laboral no tenemos reinserción en el país. Hoy el sistema aerocomercial es insostenible bajo estas circunstancias", afirmó el gremio.
Los pilotos cuestionaron la política hacia el sector puesta en marcha hace tres años y medio por el Gobierno del presidente argentino, Mauricio Macri, quien en octubre próximo buscará su reelección.
Esa política, que el Ejecutivo denomina la "revolución de los aviones", ha supuesto el ingreso al mercado local de varias aerolíneas de bajo coste abaratamiento de los pasajes y apertura de nuevas rutas, domésticas, regionales e internacionales.
El sindicato asegura que esa política se enfoca en la cantidad de pasajeros transportados pero "está destruyendo a la industria aerocomercial argentina".
En su comunicado, se refirió a la situación que atraviesan algunas compañías, como Avianca Argentina que, según Apla, ha suspendido sus operaciones y no paga los salarios a sus trabajadores "desde hace meses".
En tanto, la local Andes, "luego de devolver la totalidad de su flota Boeing 737, está operando con solo tres aviones y sigue adelante con un plan de despidos encubiertos con el que ya redujo su dotación de pilotos de 83 a 57 colegas".
El sindicato también denunció que la estatal Aerolíneas Argentinas va a terminar 2019 con 200 pilotos menos y desprogramando el 30 % de su flota de largo alcance "como parte del achicamiento del área internacional".
También apuntó que Latam Argentina, "tras años de promesas de crecimiento, no solo sigue ajena a la expansión" que tuvo el grupo sino que "ahora busca flexibilizar las condiciones laborales con una propuesta de 19 cambios al convenio colectivo de trabajo".
Alejandro Kogan, secretario adjunto del gremio de Aeronavegantes, acusó en un comunicado al Gobierno de "privilegiar permanentemente a empresas 'low cost' que vienen a flexibilizar y precarizar a los trabajadores aeronáuticos, abriendo o intentando abrir los cielos para que la competencia en Argentina sea indiscriminada".
Ante la medida de acción sindical, el ministro de Transporte argentino, Guillermo Dietrich, criticó la protesta y la ligó a cuestiones políticas.
"Esto afecta a miles de pasajeros. Casualmente siempre estas medidas se eligen en momentos donde pueden complicarle mucho la vida a la gente. Hoy muchos tienen previsto viajar en avión para un fin de semana largo", dijo el ministro en declaraciones a radio La red.
Dietrich vinculó a la Apla con el kirchnerismo y dijo que este sector de oposición "hace política" afectando "los derechos de las personas que quieren vivir sin problemas".