Hudson, actual directora financiera de Qantas y con casi tres décadas de experiencia en la compañía, tomará el relevo de Alan Joyce, quien se jubilará el próximo noviembre.
"No hay muchas mujeres en la dirección ejecutiva en la industria de la aviación mundial y este país tiene el crédito de nombrar hace 15 años a un homosexual irlandés como director ejecutivo de la aerolínea y ahora a la primera mujer", dijo Joyce en una rueda de prensa en Sídney posterior al anuncio.
Hudson fue la encarga de gestionar el portafolio de finanzas de Qantas durante la pandemia de la covid-19, que impactó fuertemente al sector de transporte aéreo a raíz de la orden del Gobierno de Australia para cerrar las fronteras internacionales entre marzo de 2020 y que comenzó a reabrir progresivamente en noviembre de 2021.
"Las decisiones colectivas que tomamos durante la pandemia (...) probablemente fueron la mejor formación" para ocupar el puesto, subrayó Hudson al agradecer a Joyce su apoyo.
La ejecutiva, que trabaja en la compañía desde 1994, también lideró en 2022 el proceso de selección de aviones para renovar la flota del servicio doméstico durante la próxima década, explicó el presidente de la Junta de Qantas, Richard Goyder, en el comunicado.
"Esta transición ocurre en momentos en que el grupo Qantas está extremadamente bien posicionado. Tenemos una estrategia clara, un balance sólido y una rentabilidad récord", subrayó Goyder, al agradecer a Joyce su "extraordinario" trabajo.
Bajo la gestión de Joyce, Qantas anunció en febrero que registró un beneficio entre julio y diciembre de 2022, la primera mitad del año fiscal australiano, de 1,000 millones de dólares australianos (663 millones de dólares estadounidenses o 604 millones de euros), los primeros resultados positivos post-pandemia.
No obstante, el mandato de Joyce, quien asumió en 2008 la dirección ejecutiva de Qantas, estuvo rodeado de polémica durante la covid-19 por el despido de más de 1,600 trabajadores de tierra, incluyendo operadores de equipaje.
La decisión, que fue denunciado como ilegal por los empleados, aún continúa dirimiéndose en los tribunales.
Estos despidos generaron un ola de retrasos y pérdidas de equipaje, hasta tal punto que la revista Australian Aviation indicó que Qantas registró uno los peores resultados de puntualidad de todas las aerolíneas australianas en junio del año pasado, con casi el 50 por ciento de los vuelos retrasados o cancelados.