Nuestra organización ha denunciado en múltiples ocasiones este ilícito y demandado de las autoridades correspondientes su inmediata resolución, reconociendo que en este momento existe la voluntad del Gobierno Federal y de los gobiernos estatales fronterizos para proteger la sanidad de la ganadería nacional. De considerarse necesario esta importación, deberá realizarse por los conductos legales y sanitarios adecuados.
La ausencia de protocolos, en su momento, motivó que estados de tránsito y destino implementaran mecanismos emergentes y provisionales para mitigar el riesgo potencial que implicaba la falta de seguimiento de ese ganado, entre ellos un dispositivo de "trazabilidad limitada" basado en un identificador específico (código 35); para este propósito fuimos convocados en nuestra calidad de Agente Técnico del SINIIGA.
Este mecanismo ha evitado que ese ganado sea parte del inventario nacional y ha permitido vigilar que invariablemente su destino sea un corral de engorda autorizado, que cuenta con un riguroso protocolo que finaliza en un centro de sacrificio debidamente certificado, reduciendo de manera efectiva el riesgo de diseminación de enfermedades; así lo demuestra nuestra actual condición zoosanitaria.
Hoy celebramos que la Autoridad Federal Mexicana asuma, en coordinación con sus homólogas Centroamericanas, la generación de protocolos que reconozcan la importancia de este fenómeno, las rutas naturales de internación a nuestro país y el reforzamiento de las medidas a aplicarse en las entidades de tránsito y destino, para resguardar nuestro patrimonio zoosanitario y propiciar un comercio justo.
Mientras tanto, proponemos la aplicación inmediata de las medidas legales para el control, en todos sentidos, del flujo ilegal de este ganado.
Reiteramos nuestra disposición a seguir colaborando en la solución de este problema.