La facturación acumulada en los nueve primeros meses del año se elevó exponencialmente hasta los 11,260 millones, muy lejos de los 232 millones del año anterior, y de ellos 10,700 millones correspondieron a las ventas de la vacuna contra la covid-19, según un comunicado.
En el tercer trimestre, la firma tuvo un beneficio de 3,333 millones y sus ingresos alcanzaron casi 5,000 millones, atribuibles de nuevo prácticamente en su totalidad a la vacuna.
Moderna, creada hace una década y especializada en la tecnología del ARN mensajero, es una de las principales productoras de vacunas contra la covid-19 en el mundo junto a Pfizer, aunque su capacidad y previsiones están por debajo de las de la gran farmacéutica.
Aun así, la biotecnológica, que tiene numerosos fármacos en estudio pero de momento solo comercializa la vacuna anticovid-19, ha mejorado tanto sus cuentas que ha salido de las pérdidas y ha duplicado su número de empleados en el último año, hasta los 2,400.
De cara al fin del ejercicio, Moderna indicó que le están afectando los problemas en la cadena de suministro a nivel global y que además se quiere centrar en la entrega de vacunas a países de baja renta a través del mecanismo Covax y a la Unión Africana.
Por eso, ha rebajado sus expectativas de facturación de ese producto para el conjunto del año hasta un rango entre 15,000 y 18,000 millones de dólares -antes esperaba 20,000-, en buena parte porque espera entregar "menos dosis" en los meses restantes de 2021.
"Las variables clave que están afectando a nuestra producción incluyen unos tiempos más largos de entrega para envíos internacionales y exportaciones que podrían llevar las entregas hasta principios de 2022", explicó la empresa, entre otras cosas.
Los resultados de la firma, publicados antes de la apertura de Wall Street, generaron una reacción negativa en el mercado y las acciones caían hasta un 14 % en las operaciones electrónicas previas.