En línea con lo previsto ya por el gobierno alemán y los principales institutos económicos, la Oficina Federal de Estadística (Destatis) anunció hoy que el Producto Interior Bruto (PIB) creció un tímido 0.7 por ciento en el pasado ejercicio en términos interanuales, frente al sólido avance del 3 por ciento de 2011.
Destatis agregó asimismo que las cuentas del Estado alemán cerraron el año en positivo, el primero desde la crisis, con un superávit del 0.1 por ciento, con lo que Merkel logra, cuatro años antes de lo que se había propuesto al introducir el "freno de la deuda" en la Constitución, acabar con el nuevo endeudamiento.
Además, la oficina de estadística indicó que el índice de precios al consumo (IPC) repuntó un 2 por ciento en el conjunto del año pasado, el nivel óptimo de aumento de los precios según el Banco Central Europeo (BCE), una vez conjuradas las iniciales presiones inflacionistas.
"En el año 2012 la economía alemana se mostró resistente e hizo frente a la recesión europea en un entorno económico difícil", argumentó el presidente de Destatis, Roderich Egeler, al presentar el balance del ejercicio.
Alemania logró cerrar el año en positivo gracias a un dinámico comienzo y a pesar de que su economía se contrajo un 0.5 por ciento en el cuarto trimestre con respecto al anterior.
Su principal fortaleza, su potente sector exterior, se vio arrastrado por la recesión que ahoga a la eurozona, las incertidumbres en Estados Unidos y el enfriamiento de los principales países emergentes.
El superávit en los presupuestos del conjunto del Estado -con el que no se contaba siquiera a mediados de año- se ha logrado principalmente por la fortaleza del mercado laboral, que registró en 2012 su máximo histórico de empleo y su tasa mínima de desempleo desde la reunificación, hace más de dos décadas.
Esto ha disparado las contribuciones a la seguridad social, lo que sumado al aumento de los ingresos fiscales y a la caída de los costos de financiación de la deuda alemana -efecto colateral del repunte de la prima de riesgo en el sur de la eurozona- ha propiciado el primer superávit del Estado alemán desde 2007.
El gobierno alemán -que junto a los 16 estados federados, los municipios y la seguridad social compone la totalidad de los presupuestos alemanes- incurrió por su parte en un déficit de 22,400 millones de euros, según avanzó hoy con datos provisionales el Ministerio de Finanzas.
Esta cifra, mejor aún de lo previsto el pasado noviembre, supone una reducción del déficit estructural del Gobierno alemán por debajo del 0.35 por ciento del PIB, con lo que Merkel cumple otro de los objetivos del "freno de la deuda", referente alemán del pacto fiscal suscrito por 25 países de la Unión Europea (UE).
Pese a estos datos, el Ministerio de Finanzas recalcó que no hay margen para nuevos gastos a la vista del debilitamiento del crecimiento económico y defiende una política presupuestaria conservadora con una consolidación que anime la economía.
En este sentido, los principales institutos económicos alemanes prevén que la primera economía europea crecerá entre un 0.3 y un 1 por ciento este año, mientras la eurozona toca fondo, los emergentes recuperan dinamismo y Estados Unidos resuelve sus crisis fiscales.
Por su parte, el Ejecutivo de centroderecha en Berlín prevé un avance del PIB del 0.5 por ciento en 2013, según el Informe Económico Anual que presentará mañana el ministro de Economía, Philipp Rösler, pero que filtró hoy el diario económico "Handelsblatt".
La bolsa de Fráncfort asumió estos datos macroeconómicos sin sobresaltos al encontrarse dentro de lo previsto y tras arrancar en negativo, oscilaba sin una dirección definida a mediodía.