El indicador que sigue la evolución de los precios en 70 ciudades del país experimentó en el primer mes del año un descenso imperceptible en términos porcentuales -si la base de cálculo del mes anterior son 7,000 puntos, en enero se situó en 6,999,7- tras haber bajado un 0.25 % intermensual en diciembre, según cálculos efectuados por Efe en base a las cifras divulgadas.
De estas 70 ciudades, 36 experimentaron una subida intermensual en los precios de la obra nueva residencial, más del doble que en diciembre (15), apunta la agencia oficial de noticias Xinhua.
Las ventas residenciales por área cayeron un 24.3 % interanual durante 2022 en China, mientras que las obras nuevas se redujeron en casi un 40 % en el marco de la crisis que afecta al sector desde hace más de dos años.
La posición financiera de muchas inmobiliarias chinas empeoró después de que, en agosto de 2020, Pekín anunciase restricciones al acceso a financiación bancaria a las promotoras que habían acumulado un alto nivel de deuda apoyando durante años su crecimiento en agresivas políticas de apalancamiento, entre las que destacaba Evergrande con un pasivo de más de 300,000 millones de dólares.
En los últimos meses, ante la coyuntura, el Gobierno ha cambiado su tono y ha anunciado diversas medidas de apoyo, con los bancos estatales abriendo asimismo líneas de crédito multimillonarias a diversas promotoras, a las que se ha marcado como objetivo prioritario la construcción de los proyectos vendidos sobre plano.
La falta de liquidez en el sector provocó que numerosas promociones en todo el país se vieran obligadas a parar las obras, lo que se tradujo el pasado verano en un "boicot de hipotecas" que se extendió a más de un centenar de ciudades, con los compradores de los pisos inacabados -en 2022, el 86 % de las ventas de obra nueva en China se firmaron antes de que finalice la construcción- comunicando a los bancos que no seguirían pagando sus créditos.
"Las ventas entraron en este año tan abatidas que es probable (que se produzca) una recuperación cíclica de corta duración", apuntó anoche en un informe el economista jefe para Asia de la consultora Capital Economics, Mark Williams, aunque matizó que las perspectivas negativas a largo plazo para la demanda inmobiliaria "no han cambiado".