Los encargados de presentar los primeros resultados fueron, en primer lugar, el banco más grande de Estados Unidos, JPMorgan Chase, que obtuvo un beneficio de 16,931 millones de dólares en el primer semestre de 2022, un 35.49 % menos que en el mismo periodo del año pasado, seguido por el banco de inversión Morgan Stanley, que registró una baja de 19.26 % en sus beneficios de la primera mitad del año.
Les siguió Wells Fargo, la cuarta entidad bancaria de Estados Unidos en activos, que anunció el pasado viernes que en los primeros seis meses del año tuvo unas ganancias netas de 6,790 millones de dólares, lo que representa un descenso del 36.39 % frente a las ganancias registradas en el mismo periodo de 2021.
Por su parte, el banco Citigroup anunció el mismo viernes un beneficio neto de 8,853 millones de dólares en el primer semestre del año, un 37 % menos que en el mismo periodo de 2021, cuando logró 14,135 millones, debido a un mayor costo del crédito y mayores gastos.
Bank of America, el segundo mayor banco de Estados Unidos, publicó este lunes que ganó en el primer semestre del año 13,314 millones de dólares, un 22.92 % menos que el año pasado, y el grupo financiero estadounidense Goldman Sachs presentó unos beneficios netos de 6,866 millones de dólares durante el primer semestre, un 44.27 % menos que en el mismo periodo de 2021.
JPMorgan y Wells Fargo registraron caídas en las ganancias del segundo trimestre debido a que los bancos reservaron más fondos para pérdidas crediticias.
El presidente ejecutivo de JPMorgan, Jamie Dimon, enfatizó la necesidad de construir reservas de capital y resaltó su preocupación por Ucrania, la alta inflación y los ajustes "nunca antes vistos" de la Reserva Federal (Fed) como amenazas para el crecimiento económico mundial.
"Cuando haces una lista de posibles problemas en el futuro… podría ser un aterrizaje suave o un aterrizaje forzoso", dijo.
Durante meses, Dimon ha estado advirtiendo que una convergencia de factores sin precedentes podría causar estragos en la economía.
La Fed ha estado elevando cada vez más las tasas de interés para tratar de frenar la inflación más alta en 40 años.
Los inversores están cada vez más preocupados por que el banco central se vea obligado a llevar la economía a una recesión para frenar el aumento de los precios.
Pero aunque los consumidores dicen que están preocupados, siguen gastando, ya que están respaldados por un fuerte mercado de laboral, el crecimiento de los salarios y los efectos duraderos de los paquetes de estímulo monetario que se dio a negocios y estadounidenses durante la pandemia.
Si a esto se le suma los impactos globales de la guerra de Rusia en Ucrania, se produce una situación que Dimon ha catalogado de “huracán económico” que todavía no ha eclosionado.
Por su parte, Morgan Stanley decepcionó luego de una desaceleración mayor a la esperada en la banca de inversión.
No obstante, Citigroup superó las expectativas de ingresos, ya que se benefició del aumento de las tasas y los sólidos resultados comerciales.
Bank of America y Goldman Sachs también superaron las expectativas de ingresos de los expertos.
En el caso del segundo mayor banco de Estados Unidos fue porque el prestamista se benefició de tasas de interés más altas, mientras que en el de Goldman Sachs fue debido a que los operadores de renta fija generaron más ingresos de lo esperado.
"A pesar del aumento de la volatilidad y la incertidumbre, sigo confiando en nuestra capacidad para navegar por el entorno, administrar dinámicamente nuestros recursos e impulsar rendimientos acumulativos a largo plazo para los accionistas", señaló en una nota David Solomon, el presidente y consejero delegado de Goldman Sachs.