La mayor economía europea había logrado un reducido crecimiento del 0.1 por ciento en 2013 después del 0.4 por ciento de 2012. Los datos provisionales de 2014 son también mejores de los esperados por el gobierno, que contaba con un crecimiento del 1.2 por ciento.
"La economía alemana logró por lo visto afirmarse en un entorno económico mundial difícil y beneficiarse sobre todo de una fuerte demanda interna", resumió el director de la oficina estadística, Roderich Egeler, al presentar los datos en Berlín.
Además del consumo, también contribuyeron al crecimiento la buena marcha de las exportaciones, la inversión y un mercado laboral con una forma envidiable que mantiene el desempleo en un 6.7 por ciento y niveles de ocupación récord.
Sin embargo, 2014 no estuvo libre de sustos para la locomotora europa. El año comenzó con un fuerte crecimiento del 0.8 por ciento en el primer trimestre seguido de una contracción del 0.1 por ciento en el segundo, en parte por el efecto de las tensiones con Rusia en Ucrania y la situación en Irak y Siria.
En el tercer trimestre, Alemania esquivó por poco la recesión con un crecimiento del 0.1 por ciento e inició tras el verano (boreal) una recuperación que continuó en los últimos tres meses del año.
La buena marcha de la economía contribuyó también a que las cuentas alemanas cerraran su tercer año consecutivo de superávit. En 2014 se situó en el 0.4 por ciento del producto interno bruto (PIB), después de alcanzar un 0.1 por ciento los dos años anteriores.
Todos esos factores auguran un 2015 favorable para la economía alemana. La baja inflación y la caída de los precios del petróleo estimulan el ya buen nivel de consumo, mientras que el euro barato favorece las exportaciones y el superávit da margen para más inversión y menor presión impositiva.
El clima de consumo está en su mejor nivel desde hace ocho años y la industria mira con optimismo al futuro: los fabricantes de maquinaria se preparan para un año récord y las automotrices podrían producir por primera vez más de 15 millones de vehículos.
Viento a favor aportará también el Banco Central Europeo (BCE) con su previsible programa de compra de bonos, paradójicamente tan criticado por Alemania, que según el economista del ING Carsten Brzeski sería "uno de los paíse más beneficiados por el plan".
La combinación del bajo nivel de tipos de interés, euro y precios de energía equivale a "un paquete de crecimiento para la economía", analizó el experto.
Sin embargo, los economistas evitan la euforia. "Si en 2015 vuelven las turbulencias a los mercados financieros, la buena situación de la coyuntura alemana podría esfumarse rápido", advirtió Ferdinand Fichtner, jefe de coyuntura del instituto económico DIW.
El experto mencionó a Rusia como principal riesgo para la estabilidad de los mercados financieros. Pero también la eurozona tiene focos de potencial inestabilidad, no sólo por las elecciones de fin de mes en Grecia.
Tampoco vio razones para la euforia Michael Heise, economista jefe de Allianz. "Sigue sin estar a la vista un golpe de inversión como el que necesita Alemania", advirtió. (DPA)