Así lo anunció hoy ante el Parlamento el ministro de Finanzas, George Osborne, quien consideró que esta reforma del sistema bancario convertirá al RBS en un banco "más fuerte, seguro y capaz", capaz de mantener sus actividades prestamistas para "negocios y consumidores".
EL llamado "chancellor del Exchequer" prometió que la citada propuesta de reforma bancaria, la "más ambiciosa en la historia moderna de la banca" de este país, formará parte de la legislación británica a partir de 2015.
"Nuestro objetivo es asegurarnos de que lo que ha pasado en el Reino Unido no vuelva a pasar, que el contribuyente esté protegido y que los clientes obtengan mejores servicios. Queremos separar la banca comercial de la inversora para proteger la economía británica, al contribuyente británico y asegurarnos de que nada es demasiado grande para caer", declaró el ministro.
Londres ha aceptado así todas las recomendaciones que la Comisión independiente para la banca (IBC, sus siglas en inglés) presentó el pasado septiembre y que tenían como objetivo asegurar la viabilidad del sector a largo plazo y mejorar la competencia.
La citada reforma, explicó hoy Osborne, acarrearán un gasto anual para el sector de entre 3,500 y 8,000 millones de libras (unos 4,000 a 9,500 millones de euros), lo que provocará una reducción del Producto Interior Bruto (PIB) británico de entre 800 y 1,800 millones de libras (unos 950 a 2,000 millones de euros).
Estos costes, explicó el "chancellor", serán sobrepasados con creces por los beneficios para la economía de cara a evitar futuras crisis financieras.
Como reclamaba la ICB, el titular de finanzas indicó hoy que las entidades deberán establecer un "anillo de protección" en torno a su negocio comercial que se gestionará de forma independiente a otras actividades más arriesgadas del banco, como las inversiones.
Asimismo, los bancos comerciales tendrán su propia junta de dirección y funcionarán desde el punto de vista legal y operacional de forma independiente del resto de sus grupos corporativos, con límites, además, sobre las cantidades que pueden prestar a esas otras divisiones.
Los bancos comerciales mayores deberán tener un patrimonio neto de, al menos, el 10 por ciento que actúe como "cojín" para poder absorber posibles pérdidas.
El consumidor y el pequeño comerciante, señaló Osborne, también podrán a partir de septiembre de 2013 cambiarse de banco en un periodo de siete días sin recargo sobre los débitos directos y sus compromisos de crédito.
En 2008, el banco Northern Rock tuvo que ser nacionalizado y los Royal Bank of Scotland y Lloyds Banking Group rescatados parcialmente para evitar su quiebra por su exposición a la crisis crediticia.
Por ello, la Comisión instaurada por el gobierno en 2010 también pidió que la banca comercial tenga unas reservas de capital de calidad para afrontar posibles pérdidas de al menos el 10 por ciento, mientras que los grandes grupos bancarios deben asegurar un fondo de absorción del 17 por ciento.