Según explicó a los medios tras entrevistarse en Bruselas con el presidente de la Comisión de la UE, Gurría argumentó que los mercados estaban esperando precisamente eso, una solución no sólo para la crisis de la deuda griega, sino que respondiera al conjunto de los problemas financieros de la zona euro.
"La voluntad política está claramente ahí; se ha encontrado la capacidad institucional, la manera de poner todo eso junto, y se ha logrado un acuerdo institucional más permanente", en su opinión.
Gurría subrayó el hecho de que la UE haya decidido "hacerlo a lo grande, y aquí el tamaño sí que importa".
"Los mercados han estado buscando varias medidas que no estén relacionadas simplemente con el caso de Grecia, que ha estado en los titulares, sino también con el conjunto de los problemas de la eurozona".
Lo decidido, un plan de ayuda por valor de 750 mil millones de euros con aportaciones del Fondo Monetario Internacional y respaldado por las intervenciones del Banco Central Europeo en el mercado de la deuda pública, "es un paquete muy bien estructurado en el sentido de que ofrece liquidez con algunas condiciones, pero también liquidez para el sistema financiero", según el responsable de la OCDE.
Por su parte, el presidente de la CE, el portugués José Manuel Durão Barroso, resaltó el otro elemento del compromiso logrado por los gobiernos europeos, que definió como un "pacto de consolidación".
"No sólo hemos decidido proporcionar ayuda financiera a algunos países, sino también seguir la consolidación de las finanzas públicas en la eurozona y en Europa", comentó.
Barroso recordó que la Comisión evaluará las medidas adicionales anunciadas por los gobiernos español y portugués, y publicará el examen de cada una de ellas.
"No sólo se ha acordado prestar dinero, sino también solicitar a los estados miembros más esfuerzos para corregir algunos desequilibrios que aún existen", insistió.