Los analistas esperaban un incremento del 0.1 por ciento con respecto a mayo, después de que el Banco Central Europeo recortara los tipos de interés hace unas semanas hasta un mínimo histórico en un esfuerzo por combatir la baja inflación.
Sin embargo, el incremento del 0.1 por ciento en el coste de la energía y del 1.3 por ciento en los servicios se vio compensado por la caída en los precios de alimentos, alcohol y tabaco, señala Eurostat.
Ante los temores de que el euro pueda caer en la deflación, el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, dejó la puerta abierta a otras medidas de estímulo monetarias para impulsar la inflación en caso necesario. Según anunció a comienzos de junio, el BCE está dispuesto a utilizar "instrumentos poco convencionales". (DPA)