En la presentación del informe "Función internacional del euro", Asmussen señaló que el uso del euro como reserva internacional cayó en 2012 un punto porcentual hasta el 23.9 por ciento del total de las reservas.
Algo similar ocurre en los títulos de deuda internacional (bonos e instrumentos del mercado de dinero), donde el uso del euro se redujo en 0.7 puntos porcentuales, hasta el 25.5 por ciento del total.
"El informe identifica que la fragmentación financiera en la zona del euro es el impulsor más verosímil de este desarrollo, junto a un número de factores técnicos que son específicos a los segmentos de mercado respectivos", según Asmussen.
Esto se debe a que "mercados de capital líquidos, fuertes y grandes tienden a impulsar el uso internacional de divisas.
Uno de los principales mensajes del informe es que "la importancia internacional del euro cayó moderadamente en 2012, después de haberse mantenido relativamente resistente en 2011", afirmó Asmussen.
El BCE observa que el anuncio del programa de operaciones monetarias de compraventa que el presidente de la entidad realizó hace casi un año ha contribuido a reducir la preocupación por el euro de los gestores de reservas.
Además otra encuesta revela que los fondos del mercado de dinero de Estados Unidos incrementaron su exposición a instrumentos de deuda a corto plazo emitidos por las instituciones financieras de la zona del euro durante la segunda mitad de 2012.
Asimismo la reestructuración del sistema bancario español y el éxito de la recompra de la deuda griega también redujeron el temor a una ruptura de la zona del euro.
En 2011 la crisis había desplazado la demanda internacional del euro de países con dificultades a países que no estaban en crisis, por lo que la demanda extranjera de activos denominados en euro se mantuvo estable.