El índice gerente de compras (PMI en sus siglas en inglés) de HSBC, que se adelanta al mismo indicador que el gobierno chino publica el día 1 de cada mes, sitúa la actividad industrial del séptimo mes del año en 47.7 puntos, por debajo de los 48.3 registrados en junio.
Julio es el tercer mes consecutivo en el que el PMI se sitúa por debajo de la barrera de los 50 puntos (por encima de ese listón la industria muestra expansión, y por debajo contracción), lo que una vez más evidencia la pérdida de impulso de la segunda economía mundial.
"Los datos del HSBC sugieren una desaceleración continua en los sectores manufactureros debido a la débil demanda y a la rápida liquidación de existencias por la industria", señaló el jefe economista de HSBC en China, Qu Hongbin.
Todo ello, enfatizó Qu, añade "más presión al mercado de trabajo" y evidencia la necesidad de "aplicar medidas de ajuste adicionales para estabilizar la economía".
El dato del HSBC llega un día después de que, por primera vez, el presidente de China, Xi Jinping, pidiera públicamente profundizar las reformas y los esfuerzos de apertura para hacer frente a los retos económicos del país, en un momento en el que la segunda potencia mundial crece a un ritmo menor y las autoridades han hecho hincapié en la reestructuración del modelo económico.
Con estas declaraciones, el máximo mandatario del país se unió a varios altos cargos del Partido Comunista de China (PCCh) que en las últimas semanas han defendido las reformas económicas para cambiar el modelo económico del país, hasta ahora muy dependiente de la inversión y las exportaciones, para dar un mayor protagonismo a la demanda interna y especialmente al consumo de los ciudadanos.
El producto interior bruto (PIB) de la segunda economía mundial aumentó un 7.5 por ciento durante el segundo trimestre, una de las tasas más bajas de los últimos años que coincide con la meta mínima de crecimiento establecida por las autoridades para 2013.
A pesar de la ralentización, los nuevos líderes chinos -que tomaron posesión del cargo el pasado marzo- han descartado por ahora medidas de estímulo y se han mostrado dispuestos a sacrificar décimas de PIB a corto plazo para asegurar un crecimiento sostenido a largo plazo.
A finales de la semana pasada el Banco Popular de China (PBOC, central) eliminó los topes mínimos a los tipos de interés de los préstamos, una de las reformas más esperadas hacia una futura liberalización de las tasas de interés del país que se interpretó como una señal de la determinación de las autoridades de llevar a cabo reformas pro-mercado.