Japón, con la mayor deuda pública del mundo industrializado, casi el doble de su Producto Interior Bruto (PIB), se había propuesto cerrar el año fiscal 2020 con superávit después de recortar su déficit a la mitad en 2015, un objetivo que no alcanzará, ya que el gasto público superará a los ingresos del país.
La estimación emitida hoy por el gobierno de Yoshihiko Noda prevé que el país registre un déficit de unos 16.6 billones de yenes (167,443 millones de euros), un 3 por ciento del PIB nominal, en el año fiscal 2020, que termina en marzo de 2021, informó la agencia local Kyodo.
Además, el Gabinete nipón estima que para el año fiscal 2015 el país podría registrar un déficit de 16.8 billones de yenes (169,461 millones de euros), el 3.3 por ciento del PIB, una décima superior a los objetivos marcados y a pesar de que fuera aprobada en el Parlamento nipón la ambiciosa reforma fiscal que promueve el gobierno.
La ley que pretende aprobar Noda, un fiel defensor de la disciplina fiscal, prevé aumentar inicialmente en 2014 el impuesto sobre el consumo, actualmente en el 5 por ciento, hasta el 8 por ciento y un año más tarde, hasta el 10 por ciento.
Además, Noda pretende también una revisión del gasto administrativo, con medidas como la reducción del número de escaños en la Dieta (Parlamento) o de los salarios de los funcionarios públicos.
El informe publicado hoy por el Gabinete nipón destaca la necesidad de "mejorar el equilibrio presupuestario" para poder lograr las metas fiscales fijadas para mejorar el escenario económico del país.
En un contexto conservador, el gobierno estima que la economía crecerá en el periodo fiscal 2011-2020 en una tasa de poco más del 1 por ciento en términos nominales.
Noda ya anunció al asumir el cargo en septiembre de 2011 que la reforma fiscal sería una de sus prioridades, un plan que además serviría para paliar la costosa reconstrucción del país tras el terremoto y el tsunami que asolaron el noreste del país el 11 de marzo y provocaron una crisis nuclear.
Para poder aprobar la medida, que, según lo previsto, presentará en el Parlamento nipón a finales de marzo, Noda reestructuró hace una semana su Gabinete para buscar limar asperezas entre las voces que se oponen a la reforma dentro de los partidos de la oposición e incluso en el seno de su propio partido.