La economía alemana se prepara para una posible fase de debilitamiento: las expectativas de la coyuntura económica se enfrían, mientras las exportaciones -uno de los principales pilares de la economía germana- se contraen.
"La coyuntura económica se ha enfriado notablemente. La demanda interna y externa es débil actualmente", escribieron los expertos en su tradicional informe de otoño que entregan al gobierno y que fue presentado en Berlín.
Entre las razones de este enfriamiento se alzan las tensiones internacionales, pero también la debilidad interna, a lo que hay que sumar ahora las exportaciones alemanas, que se redujeron en agosto un 5.8 por ciento respecto al mes anterior, el mayor retroceso desde 2009.
En concreto, los institutos de investigación económica esperan para este año un crecimiento de un 1.3 por ciento y para el próximo año de un 1.2 por ciento. Hace medio año, los expertos pronosticaron un crecimiento de un 1.9 por ciento para 2014 y de un dos por ciento para 2015.
Los expertos recomendaron al gobierno alemán que eleve las inversiones en el país y reduzcan la presión fiscal sobre los ciudadanos.
Durante la presentación de su informe, recordaron que la economía mundial crece a un ritmo inesperadamente moderado y en la eurozona se vive una fase de debilidad. A esto hay que sumar las tensiones internacionales en Siria e Irak, pero también el conflicto entre Rusia y Ucrania. "También la demanda interna muestra signos notables de fragilidad", explicaron.
El clima de consumo ha empeorado y las inversiones de las empresas retrocedieron en el segundo trimestre, señalaron. Todo esto se deja sentir ya en el mercado laboral, en su opinión, con una ralentización en la reducción de la tasa de desempleo.
Los encargados de elaborar este informe de otoño para el gobierno alemán son el instituto Ifo de Múnich, el DIW de Berlín, el RWI de Essen, así como el IWH de Halle. El estudio se presenta también en primavera. (DPA)