En un comunicado, la empresa estadounidense dijo que va a vender hasta 3.5 millones de acciones, lo que al precio en el que los títulos cerraron en la última jornada bursátil podría reportarle alrededor de 670 millones de dólares.
Gamestop explicó que prevé usar los beneficios de esa venta para acelerar su transformación y reforzar su hoja de balance.
La cadena de venta de videojuegos, con sede en Texas, ha vivido un año de locura en Wall Street, con sus acciones pasando de cotizar en torno a los 4 dólares en mayo de 2020 a más de 400 dólares a finales de enero y hasta los 190 dólares con los que cerraron el pasado jueves.
Hoy, tras su anuncio, los títulos abrieron con pérdidas de alrededor de un 12 % en la Bolsa de Nueva York.
Gamestop se convirtió este año en todo un símbolo de un nuevo movimiento de inversores minoristas, que coordinados a través de internet e ignorando las tendencias del mercado apostaron por este valor y dispararon su cotización.
Ello forzó a asumir fuertes pérdidas a grandes fondos de Wall Street que habían apostado a corto contra GameStop, en lo que muchos pequeños inversores festejaron como una derrota de los grandes del mercado.
Desde sus máximos de finales de enero, las acciones de Gamestop llegaron luego a desplomarse hasta los 40 dólares, aunque después volvieron a protagonizar una importante recuperación.
En el ejercicio fiscal 2020, finalizado el 30 enero, GameStop registró una pérdida neta de 215 millones de dólares, una mejora del 52 % con respecto al año anterior y con resultados positivos en el último trimestre, aunque con ventas menores de lo previsto por los analistas.