En un comunicado publicado anoche, la compañía destacó que su facturación alcanzó máximos históricos en 2022 al subir un 11 % hasta los 6.63 billones de dólares taiwaneses (215,540 millones de dólares, 204,708 millones de euros).
Sin embargo, en el último trimestre del año, sus beneficios cayeron un 10 % interanual y quedaron, según Bloomberg, por debajo de los pronósticos de los analistas.
La mayor parte de ese período se vio lastrada por el confinamiento de 56 días impuesto en la fábrica de la compañía en la ciudad china de Zhengzhou, la mayor factoría de iPhone en el país asiático, una situación que inicialmente provocó la huida de numerosos empleados y posteriormente, enfrentamientos de sus sustitutos con la Policía a cuenta del impago de los bonus que Foxconn les había prometido.
De cara a 2023, el grupo mantiene sus pronósticos "neutrales y relativamente planos" debido a la "cada vez mayor incertidumbre" sobre la coyuntura económica a nivel global.