Pese a que el resultado permite esperar que el Producto Interior Bruto (PIB) de Brasil aumente en 2013 a una tasa mayor que en 2012, el ministro de Hacienda, Guido Mantega, reconoció que el Gobierno bajará su pronóstico de crecimiento para este año.
"La previsión de crecimiento que habíamos hecho en nuestro proyecto de presupuesto para este año era del 3.5 por ciento. Con seguridad revisaremos ese número hacia abajo", dijo Mantega en una rueda de prensa.
El ministro, sin embargo, aclaró que el crecimiento del primer trimestre no puede ser calificado como decepcionante y que, con la posible reducción de la inflación, el consumo podrá volver a crecer a partir del segundo trimestre.
"Mantuvimos el mismo ritmo de crecimiento del cuarto trimestre, que fue el mejor del año pasado. La economía está creciendo en este momento a un ritmo anual del 2.2 por ciento", dijo.
Según los datos divulgados por el estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas (IBGE), la economía se expandió un 0.6 por ciento en el primer trimestre de 2013 frente al último trimestre de 2012 y un 1.9 por ciento en comparación con el mismo período del año pasado.
La expansión del 0.6 por ciento en los tres primeros meses del año frente al trimestre inmediatamente anterior fue idéntica a la del cuarto trimestre del año pasado (0.6 por ciento), pero dobló las del segundo y tercer trimestre (0.3 por ciento).
El ministro agregó que el resultado trimestral permite esperar una recuperación de la economía en 2013 después de la desaceleración de los dos últimos años.
Tras haber registrado una expansión del 7.5 por ciento en 2010, su mejor resultado en una década, el crecimiento de Brasil sólo fue del 2.7 por ciento en 2011 y del 0.9 por ciento el año pasado.
Los analistas del mercado prevén una expansión del 2.93 por ciento en 2013 y del 3.50 por ciento en 2014.
Para Mantega, como para los economistas privados, el resultado inesperado del primer trimestre fue provocado por el estancamiento del consumo de los brasileños, que, con la reducción del desempleo y el aumento de la renta, se había convertido en el principal motor de la economía en los últimos años.
El consumo de las familias sólo creció un 0.1 por ciento en el primer trimestre y el del Gobierno se mantuvo estable (0 por ciento).
En la comparación con el mismo período del año pasado, sin embargo, el consumo registró su trigésimo octavo crecimiento consecutivo, pero esta vez de sólo del 2.1 por ciento.
"El consumo sigue siendo muy importante y seguirá creciendo, pero a tasas menores. Seguimos con buen nivel, pero no fue el consumo el que impulsó el crecimiento en el trimestre", admitió el ministro.
El estancamiento del consumo fue atribuido por la economista Rebeca de La Rocque, analista del IBGE, al aumento de la inflación, que redujo el poder adquisitivo de los brasileños.
Mantega dijo que la inflación ya comenzó a desacelerarse y que la esperada caída de los precios de los alimentos con el inicio de una cosecha que se prevé récord volverá a impulsar el consumo.
La agricultura fue precisamente el sector que impidió que el PIB del primer trimestre fuese peor, gracias a que su producción se expandió en un 9.7 por ciento frente a los tres últimos meses del año pasado, en tanto que los servicios crecieron un 0.5 por ciento y la industria se retrajo en un 0.3 por ciento.
Según Mantega, el aumento de la inversión productiva, del 4.6 por ciento frente al último trimestre de 2012 y del 3 por ciento en la comparación con el mismo período del año pasado, muestra un crecimiento económico de mayor calidad.
El ministro indicó que, con la inversión en aumento, Brasil ya no depende tanto del consumo para crecer.
"Los estímulos que hemos dado para las inversiones desde 2011 están surgiendo efecto", aseguró el ministro.
Mantega dijo esperar un aumento mayor de la inversión cuando comiencen a operar las empresas concesionarias de contratos públicos recientes para mejorar infraestructuras como puertos, carreteras, ferrocarriles y aeropuertos. (EFE)