Según datos publicados este viernes por el Departamento de Tesoro estadounidense, el déficit presupuestario supuso un 6.3 % del Producto Interior Bruto (PIB) del país.
La disminución neta de los ingresos de EE.UU. se explica porque el Gobierno recibió "recaudaciones inferiores a las estimadas" de impuestos sobre la renta de las empresas e individuos, recibos de seguridad social y jubilación e impuestos especiales.
En concreto, los ingresos del Ejecutivo disminuyeron en un 9.3 % en comparación con el año fiscal 2022, casi en su totalidad debido a una disminución de 456.000 millones de dólares en los impuestos sobre la renta de las personas.
La secretaria de Tesoro, Janet Yellen, explicó en un comunicado que, a pesar del aumento del déficit, la economía estadounidense se mantiene "sólida".
"Las expectativas anteriores de que EE.UU. cayera en recesión en el transcurso de 2023 no se han confirmado. Nuestra economía creó más de 300,000 nuevos empleos en septiembre y el crecimiento de nuestro PIB continúa" desafiando pronósticos, subrayó.
Los datos del déficit se conocen el mismo día en que el presidente, Joe Bien, pidió al Congreso que apruebe una partida presupuestaria urgente de más de 100,000 millones de dólares que incluye una ayuda de 14,300 millones para Israel y un nuevo paquete para Ucrania por 61,400 millones.