"Se está tratando, sobre la base de una no adecuada base legal, de levantar una muralla china entre la política monetaria y las tareas de supervisión (del BCE). Pero se trata mas bien de una pared japonesa o un biombo", afirma Weidmann en declaraciones adelantadas por el semanario "Wirtschafstwoche".
Es por ello que reitera su exigencia de "modificar los tratados de la UE para conseguir una robusta separación de las estructuras de decisión en materia de política monetaria y de supervisión" bancaria en el seno del BCE.
Los planes de los países de la zona del euro prevén crear un gremio de control del organismo de supervisión que elabore las propuestas de decisión para el consejo del BCE, con la intervención de una comisión mediadora en cuestiones conflictivas.
Está previsto que en marzo de 2014 comience a funcionar el organismo de supervisión, en el que el BCE solo controlará inicialmente a los mas de 130 institutos crediticios de mayor peso y actividad transfronteriza con un balance superior a los 30,000 millones de euros o mas del 20 por ciento de la capacidad económica de su país de origen.
Weidmann asegura además en la entrevista no sentirse aislado con sus críticas y exigencias y asegura: "Muchos de mis colegas en el consejo del BCE comparten mis preocupaciones".
Además, subraya que es natural que haya posiciones diferentes "toda vez que no somos un politburó".