El presidente del BCE, Mario Draghi, avisó esta semana al semanario alemán "Der Spiegel" que no veía necesidad de decisiones inmediatas contra la crisis. "No espero que haya un nuevo recorte de tipos ni medidas no convencionales", certificó el economista jefe del banco Unicredit para la eurozona, Marco Valli.
Sin embargo, muchos analistas creen que el banco podría verse obligado a actuar en el curso del año para estimular la coyuntura e impulsar la inflación en la eurozona, donde la situación sigue caracterizándose por presiones deflacionarias, crecimiento económico aún frágil y problemas de liquidez.
La tasa anual de inflación en la eurozona registró una nueva caída sorpresiva en diciembre hasta el 0.8 por ciento, muy por debajo del objetivo fijado por el BCE para garantizar la estabilidad de precios (por debajo pero cerca del dos por ciento).
Draghi insiste en rechazar que exista riesgo de deflación en la eurozona. Pero Ben May, experto para Europa del grupo de investigación Capital Economics, cree que el BCE tendrá que hacer más este año para apuntalar la confianza en los 18 miembros del euro.
"La caída de la inflación en diciembre aumentará el temor a que la región sufra un golpe de deflación y añadirá presión al BCE", sostuvo. "Si bien el banco evitará nuevas medidas de apoyo a la economía este jueves, esperamos más acción en los próximos meses".
Las previsiones actuales del BCE admiten que la inflación caerá de un 1.4 por ciento en 2013 a un 1.1 por ciento en 2014, antes de recobrar impulso a un 1.3 por ciento en 2015. "El nivel seguirá peligrosamente bajo en los próximos meses", señaló Clemente de Lucia, del banco BNP Paribas.
El BCE sorprendió en noviembre al recortar 25 puntos básicos su interés de referencia hasta un nuevo mínimo histórico. Desde entonces, sin embargo, los datos económicos siguen sin reflejar la mejora que pronosticaban los indicadores de confianza. "Claramente una señal de que el BCE no puede relajar sus esfuerzos", según Carsten Brzeski, economista del banco ING.
Los datos de Eurostat muestran que la producción industrial en la eurozona cayó un 1.1 por ciento mensual en octubre, después de ceder otro 0.2 por ciento el mes anterior. El BCE anunció el viernes una nueva caída en el crédito a empresas en el bloque. La situación podría forzar al banco a salir próximamente de la inmovilidad que exhibirá mañana.